Foto: AP, EFE 16 de junio de 2006
"Humillante", dijo el capitán de Serbia Savo Milosevic. "No lo puedo creer. Argentina es mejor que nosotros, pero nunca esperamos que nos apalearan así".
Los seguidores serbios, destrozados no tuvieron de otra más que observar a la hinchada argentina festejar la lluvia de goles contra su selección.
Y el primero que levantó los brazos cuando Messi estaba a punto de sustituir a Maxi Rodríguez fue Maradona, que gritaba y saltaba como si fuera un niño. El pibe del Barcelona coronó la fiesta con una asistencia a Crespo en el cuarto gol y con el tanto que cerró la cuenta.