Ese respetuoso saludo entre el legendario Tom Brady y Dak Prescott, después de la victoria de los Cowboys sobre los Buccaneers el lunes, significó algo más que la simple cortesía que exige la NFL. Fue una simbólica entrega de estafeta, por parte de la vieja guardia, a la nueva generación de quarterbacks. Porque la ronda Divisional de los Play-offs dejará claro que el relevo ha comenzado a darse. Ninguno de los ocho pasadores que siguen en competencia ha cumplido 30 años de edad, lo cual sólo había ocurrido una vez: 2004.