Se terminó la lámpara de los milagros del Real Madrid en Europa. Se acabaron las remontadas, las proezas y la emoción. La engulló una máquina de hacer fútbol, una trituradora de rivales llamada Manchester City, que destrozó al equipo blanco en la mejor noche en su historia en la Liga de Campeones (4-0). Dos goles de Bernardo Silva, uno de Éder Militao en propia puerta, otro de Julián Álvarez y, sobre todo, un torrente de juego en la primera parte borró al conjunto de Carlo Ancelotti del mapa. Siempre tarde, siempre peor, el equipo madridista adoleció de un mejor esquema, de muchos minutos de fútbol y del hambre que esta vez sí tuvo un City que nunca verá la ansiada 'Champions' tan cerca como esta vez.