Washington, D.C.- Los riesgos de atentados contra intereses estadounidenses son "muy altos" y los objetivos estarían situados en Asia y Oriente Medio, informó el procurador de Justicia de Estados Unidos, John Ashcroft, la víspera del primer año de los ataques contra Nueva York y Washington.
Ashcroft confirmó que el nivel de alerta, que era de alto (amarillo), aumentó a "muy alto" (naranja) por primera vez desde los atentados del año pasado.
Simultáneamente, el Departamento de Estado anunció que cerraba temporalmente al público unas dos docenas de delegaciones diplomáticas en el mundo. Funcionarios dijeron que las embajadas en Indonesia y Malasia recibieron amenazas.
Las medidas fueron tomadas en base a informes recogidos por los servicios de inteligencia, los cuales interceptaron mensajes manejados por supuestos terroristas.
"Las informaciones en nuestro poder fueron corroboradas en múltiples fuentes", dijo Aschrcoft quien precisó que los objetivos de los atentados estarían en Asia y Oriente Medio.
Ashcroft habló de "información concreta sobre ataques específicos a intereses norteamericanos en ultramar" y dijo que el presidente Bush aprobó las medidas.
La información reunida sugería que habría ataques contra "símbolos de poder y autoridad estadounidenses" tales como embajadas, instalaciones militares y monumentos nacionales, en coincidencia con el aniversario, expresó Ashcroft.
El naranja está inmediatamente abajo del nivel más alto de alerta, el rojo, que indica "riesgo grave".
El código naranja requiere que todos los funcionarios de gobierno tomen precauciones extraordinarias en público y coordinen sus esfuerzos con los militares. El acceso a ciertas instalaciones de gobierno está restringido al "personal esencial".
Las fuentes dijeron que no había amenazas concretas contra blancos en territorio de Estados Unidos, pero el gobierno resolvió elevar el alerta debido a un aumento en las comunicaciones --lo que en la jerga de inteligencia se llama "cháchara"-- entre sospechosos de terrorismo.
Voceros de El Pentágono advirtieron que los militares desplegaron misiles antiaéreos Stinger en torno a Washington para mejorar la seguridad, por orden del secretario de Defensa.
El Centro Nacional de Protección de Infraestructura del FBI emitió también una alerta general.