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“Desaparece” arraigado frente a los ministeriales

Cuatro custodios están detenidos para investigación

TORREÓN, COAH.- El peligroso asaltante José Juan Leyva Ochoa, que la Policía Ministerial mantenía bajo arraigo en céntrico hotel citadino, se escapó bajo las “narices” de sus vigilantes la mañana de ayer, lo que ocasionó una fuerte movilización del resto de los elementos de dicha corporación con el objeto de recapturarlo. En tanto, los 4 agentes que tenían bajo su custodia al hampón, se encuentran detenidos para su investigación.

Lo anterior no pudo ser confirmado de manera oficial, debido a que los funcionarios de la Delegación Laguna I de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE), “brillaron por su ausencia” desde temprana hora y todavía hasta las 13:00 horas no se habían reportado. Incluso en las oficinas de dicha dependencia en Saltillo, se trató de ubicar al procurador Óscar Calderón Sánchez o a su secretario particular Gerardo Torres Carrillo, teniendo el mismo infructuoso resultado.

Eduardo González Mijares, de 41 años de edad; Ernesto Quirino Zúñiga, de 34, ingresaron a la corporación en 1998 y 1999, respectivamente; Daniel Sanz Carrillo, de 32 años, en 2002 y Luis Eduardo González Ortiz, de 23, apenas el año pasado, son los nombres de los cuatro elementos de la Policía Ministerial que tenían bajo su cuidado al arraigado, que según fuentes extraoficiales, se fugó a las 07:15 horas pero el reporte del mismo se hizo a la superioridad hasta las 07:45 horas. No se ha informado la manera como escapó, pero se presume que fue con la ayuda de los agentes.

Hace apenas una semana que Leyva Ochoa, que debió estar internado en el Cereso, ya que sobre él pesaba una orden de aprehensión por el delito de robo con violencia, fue detenido por elementos policíacos, cuando se vio involucrado en un accidente automovilístico registrado en avenida Bravo y calle 37, cuando huía de los ministeriales de Gómez Palacio, Dgo., que lo seguían muy de cerca.

De 31 años de edad, con domicilio en Andador del Cedro No. 230 de la colonia Rinconada del Parque en la vecina ciudad de Gómez Palacio, se hacía llamar Rafael Argumedo Alcaraz y/o Juan Silva García o Julio César Cortez García, se le achaca una larga serie de ilícitos a mano armada y se le involucra en por lo menos 8 robos con violencia, perpetrados en compañía de otros cómplices a diferentes personas y negocios.

Hasta el momento se ignoran los detalles de su fuga, sólo que la misma se efectuó a temprana hora de ayer, entre las 07:00 y las 07:30 horas, mientras estaba bajo la custodia de 4 elementos de la Policía Ministerial, además de otros 4 que vigilaban a otros dos arraigados en el 7º piso del hotel Río Nazas, ubicado en avenida Morelos esquina con calle Treviño de esta ciudad.

Sobre el particular, la PGJE guarda un total hermetismo, toda vez que ni el titular de la Delegación Laguna I de la PGJE, Raúl Mario Mijares Jiménez, ni el secretario técnico Carlos Durán Fernández, e incluso ni el comandante de la Policía Ministerial, Ricardo Carrillo Lucero, dieron la cara para confirmar o desmentir esta información. Igual resultado se obtuvo en las oficinas de Saltillo.

Debió estar en el Cereso

Leyva Ochoa debió estar internado en el Cereso local y no bajo arraigo, toda vez que pesaba una orden de aprehensión en su contra por el delito de robo con violencia y que fue girada por el Juzgado Primero de Primera Instancia del Ramo Penal.

Sobre lo anterior, también de manera extraoficial se conoció que a dicho individuo se le sigue un proceso penal con el No. 001/2001, por el citado ilícito, cometido en agravio de la gasolinería El Fresno No. 3, ubicada en Periférico y carretera a Santa Fe, el 18 de febrero de 2000, aproximadamente a las 01:00 horas.

En esa ocasión José Juan en compañía de otros cuatro sujetos entre los que se mencionan David Olivares, José Atilano Martínez, Jorge Samaniego y un hermano de éste del que no se obtuvo su nombre, arribaron al citado expendio de combustible amagando a los empleados con armas de fuego para luego apoderarse de la cantidad de 300 mil pesos en efectivo.

Libres los implicados por errores en la averiguación previa

Tanto a José Atilano Martínez, como a David Olivares y los hermanos Samaniego, se les dictó sentencia absolutoria en dicho proceso, debido a una mala integración de la averiguación previa, ya que el Ministerio Público no acreditó fehacientemente la participación de cada uno de ellos, además que existieron muchas contradicciones en sus declaraciones.

Estos sujetos que fueron detenidos el 20 de enero de 2001, recuperaron su libertad el pasado mes de septiembre del presente año, una vez que en el Juzgado Primero Penal se les dio a conocer el dictamen que les benefició.

De igual forma sucedió con Leyva Ochoa, en un proceso anterior en el cual purgó 4 de los 6 años de prisión a los que se le sentenció y este veredicto fue ratificado por el Tribunal Colegiado.

Su captura

Fue el pasado jueves 17 de octubre en un accidente vial que se registró a las 15:00 horas, en el crucero de la avenida Bravo y la calle 37, cuando una camioneta Chevrolet Cheyene color rojo, modelo 2001, placas DK 3178, embistió de frente a un camión de carga Mercedes Benz modelo 93, placas EH 25203.

Julio César Cortez García, uno de los alias de Leyva Ochoa, era el conductor de la camioneta que invadió el carril contrario y después de chocar se impactó contra una finca. Martín Contreras Adame de 53 años, era el conductor del vehículo de carga.

Atrás lo seguían Eliseo Ramírez Hinojosa y Patricia Rentería Espinoza, el primero tripulaba un auto Neón deportivo color rojo, placas EXY 1360. La joven manifestó que es vecina del fraccionamiento San Felipe y era la acompañante de Julio César, quien en realidad resultó ser José Juan Leyva Ochoa de 32 años, originario de Cuernavaca, Morelos, y con antecedentes penales en el Cereso de Torreón en el 98.

Aturdido por la colisión, “Julio César” descendió del vehículo junto con Patricia Rentería Espinoza, segundos después los alcanzó Eliseo Ramírez Hinojosa.

Al lugar llegaron agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal y comunicaron del percance a los Peritos del Tribunal de Justicia Municipal.

Fue el desmesurado interés de “Julio César” por retirarse del lugar del accidente, el acto que llamó la atención de los preventivos, y uno de ellos tuvo que defenderse al ser atacado por el responsable del choque en su desesperado intento de huir.

A través del radio de la patrulla, los policías se enteraron que la camioneta accidentada era perseguida por agentes ministeriales en Gómez Palacio. La persecución inició en el bulevar González de la Vega y la calzada Lázaro Cárdenas.

Cuando el vehículo de “Julio César” entró a Torreón, los agentes solicitaron el apoyo por medio de la Red Zafiro y moderaron la caza del delincuente, permaneciendo a la expectativa de algún reporte, que finalmente llegó y permitió la captura de los citados infractores.

Al revisar la documentación de los vehículos, se detectó que la camioneta Chevrolet está a nombre de Javier García Montenegro, residente del Estado de Chihuahua, y el auto Neón es revisado para ver si cuenta con reporte de robo.

Falta coordinación: Saucedo

“No puede ser posible, a nosotros nos negaron la captura de José Juan Leyva Ochoa porque tenía una orden de aprehensión, iba directo al Cereso, ya no sabemos que pensar”, dice Joaquín Saucedo Flores, titular de la Subprocuraduría de Justicia en la Comarca Lagunera de Durango, en relación al informe de la “desaparición” del delincuente que esta arraigado en Torreón.

La noticia causó consternación en el funcionario estatal, toda vez que el día de la detención, fueron los agentes de la Policía Ministerial de Gómez Palacio, quienes iniciaron la persecución de Leyva Ochoa y finalmente tuvieron que ceder la custodia.

Como se informó en su oportunidad, el delincuente fue capturado de manera fortuita luego de chocar su camioneta contra un vehículo de carga en la avenida Bravo y calle 37, José Juan tenía varias ordenes de aprehensión pendientes en La Laguna de Durango, pero se advirtió que tenía un proceso penal similar en La Laguna de Coahuila.

El día del accidente vial, José Juan estuvo a punto de escapar del lugar, toda vez que portaba identificaciones oficiales con nombres como: Rafael Argumedo Alcaraz y/o Juan Silva García o Julio César Cortez García.

Fue a través del radio de la patrulla que llegó al lugar del choque, como uno de los agentes se dio cuenta que la camioneta fue reportada en la Red Zafiro por los vecinos de Gómez Palacio, y al tratar de someter al chofer, hubo un forcejeo por la posesión del arma de cargo.

“Con todo respeto a la delegación de la PGJE, pero nos esta faltando coordinación, este sujeto tenía pendientes muchos delitos por robo con violencia y robo a mano armada”, dice Saucedo Flores.

LA HISTORIA...

Los ilícitos que se le imputan a José Juan Leyva Ochoa, son:

*15 de febrero de 2002 a las 13:10 horas, en agravio de Gabriela Cardona González a quien despojó de 50 mil pesos en efectivo, de la nómina de su empresa. El atraco se realizó en calle Punto Rocosa No. 947 del fraccionamiento San Felipe II.

*En la misma fecha pero a las 15:20 horas, asaltó en compañía de otro sujeto a un empleado del Grupo Pafer Huichita en el estacionamiento del banco Vital sito en bulevar Independencia No. 2203 oriente, apoderándose de 39 mil 270, también de la nómina.

*22 de marzo de 2002, a las 14:45 horas, en el estacionamiento del restaurant Vip’s, ubicado en calzada Colón y avenida Ocampo, robó la cantidad de 70 mil pesos a Piedad Guerrero Rodríguez, que llevaba ese dinero para pagar el salario de sus empleados.

*5 de diciembre de 2001, a las 14:30 horas, portando arma de fuego con la que amagó a empleados del taller Espino, sito en la colonia Las Luisas, se apoderó de 31 mil 410 pesos.

*Diciembre de 2000, despojó de 280 mil pesos en dinero en efectivo y ropa, a la propietaria de la boutique “Aris”, localizada en avenida Morelos y calle 30. Asimismo, un negocio de teléfonos celulares y se presume que en ese mismo mes, en complicidad con sujetos de la familia Atilano Palacios, perpetró el asalto a la gasolinería “El Fresno”, donde obtuvo como botín, la cantidad de 318 mil pesos en efectivo.

Modus operandi

De acuerdo a las investigaciones realizadas por la Policía Ministerial al mando del comandante Ricardo Carrillo Lucero, Leyva Ochoa y sus secuaces, acudían a las instituciones bancarias donde ubicaban a quien retiraba grandes sumas de dinero para luego seguirlo y buscando el momento propicio, lo asaltaban.

Por lo pronto a este detenido se le investiga más a fondo, ya que se presume que lo anteriormente descrito no es ni la mitad de ilícitos en los que ha participado, se indicó en dicha corporación.

Ínfima penalidad

para ministeriales

Una pena de entre 8 meses y 2 años de prisión sería aplicada a los agentes de la Policía Ministerial que estaban custodiando a Leyva Ochoa, lo que alcanzaría el beneficio de la falta penal y así saldrían libres con una multa.

Para ello, explicaron los expertos en la materia, los elementos ministeriales deberán acogerse a este beneficio, reconociendo o aceptando su responsabilidad y luego la autoridad competente les impone una multa que una vez depositada quedarían en libertad.

FUENTE: Código Penal

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