Con sacrificios y penurias, religiosas se dan a la tarea de instalar un sitio donde adultos mayores vivan felices
CD. LERDO, DGO.- Con carencias interminables, pero siempre en busca del bienestar y la privacidad de cada uno de sus moradores, así trabaja el asilo de ancianos “Jesús Médico” en la colonia Villa Jardín de esta ciudad, el cual se encuentra a cargo de las Siervas de la Santísima Trinidad y de los Pobres.
Sin ingresos fijos y siempre a la espera de la ayuda de la gente, las tres hermanas religiosas no se detienen ante el reto que ha sido iniciar su construcción.
Aunque sin terminar, se le dio cabida a ocho personas mayores, todas mujeres, la mayor de 98 años de edad, quienes estaban urgidas de tener un espacio y ser atendidas, sin ser una carga para sus familiares.
Ante esto, la Hermana Expectación se dio a la tarea de buscar los recursos y medios necesarios para comenzar la obra.
Con más de cuarenta años al servicio de la comunidad en la Clínica del Club de Leones de Torreón y con la llegada de una nueva administración, las hermanas quedaron fuera y al no encontrar lugar en los dos únicos centros hospitalarios de su orden religiosa, llegaron a Lerdo a la Clínica de la Divina Providencia, donde rústicamente empezaron a trabajar cuatro de ellas.
Debido a la inquietud de la Hermana Expectación y a falta de un lugar para llevar a cabo su apostolado, empezó a reunir fondos para la compra de un terreno, el cual se hizo posible en el Ejido Lerdo cuando entonces era comisariado Luis Longoria.
Eso marcó la pauta para iniciar con la labor emprendida, lograr la construcción de un asilo de ancianos, donde se cuidara principalmente su espacio, privacidad y tuvieran un baño independiente cada uno.
Al paso de los años, con la recaudación de algunos fondos se construyó un cuarto, en donde la primera piedra fue colocada por el Obispo Andrés Corral en 1991.
Con tumbos y sinsabores, la hermana Expectación salió adelante sola durante seis años, aguantó robos y abusos de gente que se adueñaba de los donativos de material que lograba conseguir.
Poco a poco se edificó el área donde se tienen ocho habitaciones con baños, aunque incompletas, faltan otras cuatro, la sala de descanso, comedor y cocina,
Fue hasta hace tres años, cuando aceptaron la llegada de una anciana.
Actualmente la madre superiora Jacinta G. Mier, la hermana Expectación y otra compañera, así como un intendente se hacen cargo del asilo y manutención del mismo.
Con venta de tamales, atole, comidas y rifas, así como algunas aportaciones económicas voluntarias de los familiares de los viejitos, subsisten mes con mes.
Muchas necesidades en el asilo
El asilo tiene muchas carencias y requiere del apoyo de la población, en un área contigua a las habitaciones se encuentra inconcluso el espacio donde se planean construir los cuartos para ancianos hombres y una capilla.
También se tiene mucha necesidad de ropa de cama, pañales de adulto, cobijas, calentones y sillas de ruedas.
La Hermana Expectación platicó que con muchos sacrificios ha logrado salir adelante, aceptan toda clase de donativos, tanto económicos como en especie, ya que a todo le dan un buen uso y les sirve, además están debidamente constituidas y cuentan con recibos deducibles.
Durante el tiempo que estuvo sola, fue necesario también edificar un área de convento para la orden religiosa, la cual no ha sido terminada, ya que se avocó a los trabajos del asilo.
Su objetivo principal –dice- es llegar a terminar las dos áreas de doce habitaciones cada una y darle atención a los ancianos.
Diariamente se les proporcionan sus tres comidas, a las 8 de la mañana, una y seis de la tarde, cada quien puede salir a caminar por los pasillos y alrededor de un bello jardín que cuidan las hermanas.
A un costado se encuentra la lavandería, un enorme patio y terreno rodeado de árboles frutales que dan un bonito paisaje a los visitantes.
Carmelita, feliz y bien atendida
Con paso lento y ayuda de un andador, Carmelita de 98 años de edad entra a la habitación que ocupa en el asilo, se sienta en la cama y luego de saludar amablemente dice: “nací el primero de diciembre de 1904 y estoy feliz con las madres”.
A pesar de su avanzada edad, mantiene una lucidez envidiable, recuerda fechas y lugares donde vivió, como Veracruz, México y San Luis Potosí.
“Me trajo mi hija porque no podía atenderme, viaja mucho, pero cada semana viene a verme y se ocupa de mis gastos, estoy contenta de vivir en este lugar tan apacible”, añade.
“Tuve cinco hijos, todos viven fuera de la ciudad, uno en Canadá, pero yo sé que me recuerdan”, dice con algo de tristeza en su rostro.
En su cuarto se aprecian algunas fotografías, una mesita de noche, un ropero y sus cosas personales en el baño.
Antes de salir expresa: “Esta es mi residencia y está a sus órdenes”.
Requieren ayuda
El asilo de ancianos “Jesús Médico” se localiza en la calle Hortensias 350 en la colonia Villa Jardín, siete calles adentro del bulevar Miguel Alemán. El teléfono es el 7-25-49-81. Sus principales necesidades son:
· cobijas y ropa de cama
· calentadores para las diferentes áreas
· sillas de ruedas
· pañales grandes de cama y adulto
FUENTE: Asilo “Jesús Médico”