TORREÓN, COAH.- El largo viaje terminó, los espíritus llegaron a la tierra para convivir con los “vivos”, esos que aunque ya no tienen a sus seres queridos cerca, los siguen recordando con los objetos y la comida que más les gustó en vida.
El primero y dos de noviembre, México festeja una de sus más hermosas tradiciones, la de Día de Muertos, esa tan colorida donde la alegría y espiritualidad que caracterizan a la gente de este país se vuelven una sola.
“En mi casa siempre hemos acostumbrado poner altar de muertos, en la mesa le hacemos un lugar a los ausentes”, señaló el actor Rafael Rojas horas antes de presentar la puesta en escena Mi Mujer se Llama Mauricio en el Teatro Alberto M. Alvarado.
Virgilio tenía tres años de edad cuando murió en un accidente, era el hermano de Rafael Rojas, pequeño a quien le ofrece su ofrenda.
“Nunca he tenido ningún acercamiento con mi hermano, solo el día que murió, en el instante en el que Virgilio perdió la vida lo sentí, me encontraba como a 300 kilómetros de él”.
Este actor que está regresando al medio artístico después de haber bajado 40 kilos y haberse liberado de las garras del alcoholismo, aseguró no creer en las apariciones “pero de que las hay, las hay”.
“De niño me asustaban mucho pero nunca vi nada, pero me encanta ir a los lugares donde asustan, cuando me dicen dónde hay una casa encantada apago todas las luces y me meto. Me gusta mucho sentir la adrenalina”.
Totalmente relajado y muy sencillo, Rafael Rojas lamentó el que actualmente se festeje más el Halloween que el Día de Muertos, muestra de que los mexicanos están invadidos por la cultura del norte.
“Es tan importante que siga esta tradición porque de lo contrario el pueblo no preserva su cultura y su pasado, y al no hacerlo tampoco tiene futuro. Creo que esta responsabilidad no depende de los medios de comunicación, sino de la familia y del gobierno”, señaló.
Rojas, quien se ha consagrado como uno de los mejores villanos de las telenovelas, aseguró que no tiene miedo de morir, “El que tiene miedo a la muerte es un cobarde de vida, yo ya he platicado varias veces con la santa, no le tengo miedo sino respeto”.
-¿Cómo te gustaría morir?, “Con una sonrisa”.
LE DICE ADIÓS AL ALCOHOLISMO Y LA GORDURA
Llegó a pesar 130 kilos y a tomarse un litro diario de whisky, tequila o vodka... todo, debido al intelecto.
“Creo que el intelecto me llevó a tomar tanto; en un principio sólo tomaba leyendo, acostumbraba tomarme una copa mientras lo hacía, y como me gusta mucho leer, llegué a ingerir un litro diario de whisky, tequila o vodka derechito”, explicó amablemente.
Este hecho generó en Rojas tal depresión, que llegó a pesar 130 kilos, se recluyó en su casa de Cuernavaca y rechazó todos los trabajos que le ofrecieron... no quería que nadie lo viera.
Ayudado por su esposa e hijas, Rafael se sometió a un proceso de desintoxicación. Actualmente está renovado, ya recuperó su peso normal y está regresando a los escenarios.
“Sí puedo tomarme una cerveza o un tequila, hay gente que no cree que haya llegado a esos niveles de alcoholismo, pero sí pude. No sé si fue un milagro de Dios, pero no se me antoja como antes tomarme una copa, ya no me entra esa sed”.
Actualmente, Rafael Rojas vive con su familia conformada por María Magdalena –su pareja por siete años- y sus hijas de 12, 6 y 2 años de edad. El año próximo regresará a la pantalla chica con un papel villano.