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Bogotá, Colombia.- La embajadora de Colombia en Venezuela, María Ángela Holguín, afirmó ayer que jamás quiso generar un conflicto entre ambos países, cuando instó a sus compatriotas a dejar Caracas por la situación que allí se vive.
“Tenemos una excelente relación con el gobierno venezolano y así seguirá siendo, pero otra cosa es pensar también en que tenemos una responsabilidad frente a unos colombianos que tenemos que cumplir”, señaló la diplomática a una radioemisora local.
Holguín pidió el jueves que los colombianos que no estén en Venezuela por razones de trabajo, regresen a su país de origen, por la incertidumbre de lo que pueda pasar en esa nación, que desde hace 12 días enfrenta un paro cívico convocado por opositores al gobierno.
Según la funcionaria, el país vecino está prácticamente paralizado, “no hay almacenes, no hay centros comerciales, no hay restaurantes, no hay absolutamente nada abierto”.
La recomendación de la diplomática a sus connacionales habría generado malestar en el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, el cual ha desestimado los efectos económicos y políticos del paro, que busca presionar su renuncia y elecciones anticipadas.
“Hablé anoche con el canciller Roy Chaderton y le dije que la noticia la tomaron como una alerta mía para que los colombianos se devuelvan, la verdad le expliqué como había sido la cosa”, dijo Holguín a la emisora privada Caracol.
El ministro de Relaciones Exteriores venezolano entendió que “yo tenía la responsabilidad, como la tienen todos los embajadores frente a sus connacionales y no más”.
La diplomática insistió en que los colombianos que no tengan que estar en Caracas y tengan la posibilidad de adelantar sus vacaciones, lo hagan ante la situación de parálisis que se registra en la vecina nación.
Holguín dijo tener informes de la aerolínea Avianca, según los cuales los aviones “están saliendo completamente llenos (de colombianos hacia Colombia)”, porque “todo el mundo quiere adelantar las vacaciones”, ante el panorama actual.
Venezuela, que comparten una frontera terrestre de dos mil 219 kilómetros con Colombia, es el segundo socio comercial de Bogotá, con un intercambio cercano a los dos mil millones de dólares.