Acusado de portación de arma de fuego de uso exclusivo del ejército y “delitos contra la autoridad”, Cipriano Floriano Navarrete fue procesado luego que en agosto de 2001, un comando integrado por doce elementos de la Policía Judicial Federal a bordo de dos Suburban, lo interceptó frente a conocido centro comercial ubicado en bulevar Independencia y calle 12 de esta ciudad.
Los hechos se registraron alrededor de las 21:15 horas en la confluencia de bulevar Independencia y calle 12, frente a Hipermart, cuando dos camionetas Suburban interceptaron el vehículo en el que viajaba Floriano Navarrete, conocido por sus compañeros como “El Pescado", quien se dirigía a su domicilio.
La encomienda que llevaban los judiciales federales era entregar una orden de presentación a Cipriano, pues anteriormente no había acatado el requerimiento, por lo que al hacerlo bajar de la unidad a su cargo, los elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) le ordenaron que subiera a una Suburban, luego que lo despojaron de su arma de cargo, una pistola Smith y Wesson, calibre 9 milímetros.
Sin embargo, poco antes que abordara la camioneta, el agente del Grupo Especial de la Ministerial, fue agredido verbalmente, por lo que empezó a forcejear con los federales, quienes aprovechando su ventaja numérica se le fueron encima golpeándolo en forma sañuda, tanto con los puños como con las cachas de sus armas, ocasionándole varias lesiones en la frente y cabeza.
No conformes con lo anterior, el rostro de Floriano Navarrete fue proyectado contra su propia unidad, provocando que quedara atontado, lo que fue aprovechado por los de la PJF para subirlo a la fuerza a una camioneta, en tanto otros agentes se encargaban de hacer una revisión del vehículo encontrando un rifle AR-15.
Ya frente al agente del Ministerio Público Federal, Gerardo Rodríguez Arriozola, Cipriano Floriano se identifica plenamente como elemento activo de la Dirección General para la Investigación del Secuestro y el Crimen Organizado, también conocido por Grupo Especial de la Ministerial, mostrando al reverso el documento oficial actualizado por la Secretaría de la Defensa Nacional en donde hace concesión y la autorización colectiva para la portación de armas de fuego.
Asimismo, el detenido dijo que debido a su trabajo que implica un gran riesgo, llevaba la citada arma, pues muchas de las veces los hampones portan mejor armamento que los elementos de las corporaciones policíacas.
Pese a lo anterior, el funcionario federal insistió que el arma asegurada es de uso exclusivo del ejército y no para particulares, lo cual consideró como delito grave. Todo esto en presencia de Rodrigo Herrera, que hacía funciones de defensor de oficio, asignado a las agencias del Ministerio Público Federal.
Por lo anterior, Cipriano fue procesado por los delitos citados y fue internado en el Cereso donde permaneció varios meses, y finalmente fue librado a principios del presente año.