Torreón, Coah.- Parecía un día más, un día normal para las educadoras y los 109 alumnos del jardín de niños “Adela Ayala”, del fraccionamiento Satélite. Jamás se imaginaron que ese miércoles 9 de octubre quizá nunca lo olvidarán.
8:30 horas: Las educadoras llegaron a su centro de trabajo, ubicado en calle Piscis y Observatorio y poco después comenzaron a llegar las niñas y niños acompañados de sus papás.
9:00 horas: sonó el timbre para el inicio de clases, los pequeños se formaron para entrar a sus respectivos salones y las profesoras comenzaron a trabajar con sus alumnos.
9:45 horas; Dos grupos salieron al patio para realizar unas actividades programadas y los alumnos se sentaron en torno a unas mesitas, muy cercanas a la puerta principal, en donde permanecerían hasta la hora de recreo.
10:06 horas: Maestros y alumnos estaban enfrascados en sus juegos educativos en el patio, distante unos 10 metros de la entrada principal y la malla ciclónica que delimita el jardín de niños, cuando escucharon un rechinido de llantas, seguido de una ráfaga de metralletas.
Sorprendidas, las maestras y niños voltearon en forma instintiva hacia la calle y se percataron que los disparos provenían exactamente afuera del kinder, donde había dos camionetas.
Aunque a punto de ser presas de la histeria, la directora y profesoras gritaron a los pequeños que se arrojaran al suelo y se protegieran, en tanto ellas hacían lo mismo, pues se escuchaba el zumbido de algunos impactos muy cerca.
Todo fue confusión en esos instantes que parecieron horas interminables para los asustados niños y sus educadoras. Unos pequeños se arrastraban para colocarse detrás de unas llantas -como lo habían hecho en los simulacros que habían practicado-, donde creían que estarían más protegidos, pues escuchaban todavía el traqueteo de las metralletas.
El pánico se apoderó de todos absolutamente, les parecía que nunca terminaría la pesadilla y podrían ser alcanzados por algún proyectil, uno de los cuales alcanzó a rozar en el pie a la pequeña Karen, aunque no fue grave.
10:07 horas: Terminaron los disparos y se alcanzó a escuchar un vehículo que arrancaba velozmente, en tanto dentro del jardín todo era llanto y gritos, no sólo de los alumnos, sino también de las educadoras.
10:08 horas: La directora dio la orden de meter a los pequeños -que no dejaban de llorar- a sus salones de clases, donde trataron de calmarlos en virtud que no podían dejar salir a nadie, puesto que no había quién los recibiera.
10:25 horas: El exterior del kinder y el patio, se fue llenando de agentes de diversas corporaciones policiales que trataban de investigar lo sucedido, pero las maestras lo único que deseaban en esos momentos era sacar a sus alumnos, lo que pudieron hacer por un costado y con la ayuda de un vecino que tiene una fábrica de tejas, donde fueron resguardados hasta que fueron entregados a sus respectivos padres.
Fue menos de media hora desde el primer impacto de metralleta hasta que los niños y profesoras pudieron salir del kinder. Media hora que les pareció una pesadilla interminable y que difícilmente podrán olvidar para siempre.