Agencias
WASHINGTON/BAGDAD.- En una jornada de declaraciones contrapuestas, el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadán, acusó ayer a los inspectores de la ONU que buscan armas prohibidas en Iraq de ser espías de Estados Unidos y de Israel, mientras que la Casa Blanca intentaba presionar a la ONU para intensificar las inspecciones.
“Los inspectores han venido para proveer mejores circunstancias e información más precisa para una próxima agresión”, dijo Ramadán durante una reunión con una delegación egipcia en un hotel de Bagdad.
“Esta no es una acusación, porque los inspectores, desde el primer día, su principal trabajo ha sido espiar”, agregó.
“Su trabajo es espiar para la CIA y el Mossad juntos”, agregó Ramadán, refiriéndose a la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) y al servicio de inteligencia de Israel Mossad.
Ramadán dijo que la inspección de los expertos de las Naciones Unidas en uno de los palacios del presidente Saddam Hussein en Bagdad el martes fue una provocación.
“Ellos estuvieron buscando un pretexto para que les dijéramos que no fueran, y ellos dirían que esto era una violación material” de la resolución 1441 de la ONU, dijo. Los inspectores han estado buscando armas prohibidas en Iraq desde hace una semana, amparados en esa resolución del Consejo de Seguridad que otorga a Bagdad una última posibilidad de desarmarse o enfrentar “graves consecuencias”.
En tanto, Estados Unidos presionó ayer a la ONU para que intensifique su inspección de armas en Iraq, destacando la preocupación de la Casa Blanca de que los expertos no encuentren evidencia de armas que Washington insiste que existen y que podrían desatar un ataque estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo que era demasiado temprano para decir si el presidente iraquí estaba cumpliendo con las inspecciones que comenzaron la semana pasada.
, pero sostuvo que el historial de Saddam Hussein indicaba que “no es alguien que parece estar interesado en cumplir con el desarme”.
Los comentarios fueron hechos en momentos en que Iraq dijo que no admitiría que posee armas prohibidas en la declaración que entregará el sábado a la ONU sobre sus programas de armas biológicas, químicas, nucleares o de misiles, algo que podría provocar un choque con la Casa Blanca, que sostiene que Hussein tiene tales armas y debe declararlas.
“Nosotros creemos, y así lo hemos dicho públicamente, que ellos (los iraquíes) continúan teniendo armas de exterminio masivo, armas biológicas y armas químicas”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. Dijo que anteriores expertos de armas de la ONU demostraron que eran falsas las negaciones de Iraq sobre su capacidad de armas.
Fleischer reiteró la preocupación de que la nueva ronda de inspecciones de la ONU fracase en descubrir las armas prohibidas.
“El hecho de que los inspectores al final puedan ser capaces de desbaratar alguna mentira de los iraquíes es algo que queda por verse”.
EU busca intensificar inspecciones
Fleischer dijo a los periodistas que Estados Unidos quiere que las Naciones Unidas intensifique las inspecciones mediante visitas simultáneas y múltiples a los sitios sospechosos en Iraq.
“No sólo Estados Unidos, sino la comunidad internacional quiere asegurarse de que ellos tienen el suficiente número (de inspectores), de que ellos sean capaces de hacer inspecciones múltiples al mismo tiempo, de que ellos pueden tener un régimen de inspección vigoroso”, dijo Fleischer.
“Queremos asegurarnos de que esas (inspecciones) sean lo suficientemente agresivas para poder determinar los hechos ante un adversario que en el pasado hizo todo lo que estaba a su alcance para ocultar los hechos”, agregó.
Los inspectores de la ONU se han convertido en el centro de los esfuerzos de Estados Unidos por mantener la presión internacional sobre Hussein y para Iraq un intento de evitar un potencial ataque encabezado por Estados Unidos.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha dicho que hasta el momento está satisfecho por el nivel de la cooperación iraquí con los inspectores.