México.- Se ha comprobado que los niños descendientes de padres alcohólicos o drogadictos, no obstante que su desarrollo ocurra lejos de sus progenitores, la mayoría de las veces heredan sus vicios, afirmó el especialista Steven Hyman.
Al dictar la cátedra "La adicción es una enfermedad del cerebro: cómo las drogas cambian la mente", el representante de la Universidad de Harvard en Estados Unidos dijo que un estudio reciente realizado a jóvenes escandinavos reveló que estos adquieren las adiciones de sus padres aunque no se desarrollen en el mismo ambiente que ellos.
En la biblioteca mexicana de la Fundación Miguel Alemán, A.C., el experto precisó que los infantes fueron separados de sus padres biológicos, los cuales son adictos a alguna sustancia.
Sin embargo, añadió, a pesar de que su crecimiento ocurrió con padres adoptivos sanos, la influencia genética fue más fuerte y cayeron en la dependencia.
Aunque los datos son sorprendentes, el ex director de investigación en psiquiatría en el Hospital General de Massachussets sostuvo que los estudiosos en el área no encuentran la explicación de este resultado.
"Y estamos muy lejos de obtener una repuesta satisfactoria, pues aún nos faltan muchos años de investigación", señaló.
Agregó que la adicción es un problema serio en todas las sociedades occidentales. No obstante, alertó que en Estados Unidos, Europa y México los datos son alarmantes.
El también catedrático de la Universidad de Cambriche, comentó respecto a la confusión entres la adicción y una dependencia: La adicción, indicó, es el uso de drogas fuera de control, ya que a pesar de que el individuo que las consume sabe que las consecuencias son negativas, e incluso irreversibles, continua con el proceso.
"Las personas que son adictas la alcohol y a las drogas, ni siquiera disfrutan su vicio, ya que tiene problemas con los mecanismo de deglución. Es por eso, que recurren a la sobredosis, la cual en la mayoría de los casos los conduce a la muerte", apuntó.
Añadió que la dependencia es un estado de adaptación del organismo, al que se recurre sólo cuando la persona padece depresión o quiere experimentar un motivo de placer.
Esto, acotó, es semejante a cuando el ser humano padece una gripe o una infección de anginas y recurre a un medicamento que por espacio de siete días lo hace dependiente, pero no adicto.
Sostuvo que éstas definiciones no se deben confundir: "la dependencia representa la homeostacia o adaptación de las drogas, son respuestas compensatorias a una estimulación; mientras que adicción representa la capacidad global de los sistemas de la dopamina".
Por último, mencionó que las investigaciones recientes han revelado una mala noticia, la cual señala que aunque el paciente haya dejado atrás el consumo de sustancias nocivas, corre el riesgo de recaer nuevamente por el resto de su vida.
"Esto no significa la ausencia de una fuerza de voluntad, sino que su cuerpo se lo pide. Y ésto, sin duda es frustrante porque aún no hemos encontrado la fórmula para evitarlo", conluyó.