Al escribir ésta nota la información en los diversos medios de comunicación destacan profusamente los dos años de gobierno del Presidente Fox y los resultados en las diversas encuestas y entrevistas con personalidades de la vida pública, da para todos los gustos según se trate de los intereses de cada uno ó las tendencias políticas de los tomados en cuenta para que opinen, desde luego hay evaluaciones para los integrantes del gabinete hasta el comparativo por rubros de los gobiernos de Zedillo y Fox; yo le llamo efemérides y al final todo es según el color del cristal con que se mira. En todo caso nuestro País ha logrado mantener la estabilidad macroeconómica y un flujo adecuado de inversión extranjera hacia México a pesar de las circunstancias externas afirmando el Presidente Fox que ?el País marcha con paso seguro, con gobernabilidad democrática, la inclusión social y una economía con rostro humano? sin embargo hace poco tiempo acusó al Congreso de que obstaculizaba las propuestas estructurales deteniendo el desarrollo de la nación lo que pone de manifiesto en forma oficial las maltrechas relaciones entre los poderes del Estado, prueba de ello es el antagonismo que se está desatando entre algunos gobernadores y la federación por la falta de recursos para los Estados y uno se pregunta si estamos ante un problema de incapacidad regional para cumplir con sus programas; entonces surge la inquietud si las declaraciones de unos y otros reflejan la realidad de los hechos pareciendo que el paisaje color de rosa ó el dramático solo compete a unos cuantos y para el grueso de la población existe la sola explicación de que es parte del clima democrático y del diálogo político, pero llegó el momento de revisar si en verdad se ha mejorado la calidad de vida de los mexicanos.
La realidad es que una sociedad democrática no garantiza de ninguna manera la solución de sus problemas, es indudable que persisten temas muy importantes sin resolver, que en su conjunto dentro de la microeconomía el ciudadano común y corriente va perdiendo de manera peligrosa su poder adquisitivo con todo y los discursos oficiales; esto no es responsabilidad de éste Gobierno sino de sus antecesores pero hoy les corresponde a quienes están gobernando evitar seguir con la frivolidad del discurso fácil pero lejos de la realidad lacerante, para los grupos marginados los acuerdos de comercio, los proyectos de desarrollo y otras políticas asociadas con la economía global no propician mejoría alguna.
Hay qué reconocer que la globalización, que por otra parte es ineludible, tiene impactos positivos como el desarrollo y el uso de la tecnología e información que permite el crecimiento de las economías de escala donde una parte de la humanidad ha alcanzado ámbitos sin precedentes gracias a la compilación y análisis de datos, para lograr acelerar la modernización de las estructuras productivas con un valor agregado al propiciar por medio de los avances en la educación un alto porcentaje de profesionistas y operarios altamente calificados y en constante aumento. Pero también como mencionábamos dicha globalización ha llevado a cabo una creciente concentración de la riqueza al interior de las sociedades; el mundo pero principalmente el tercer mundo y los países emergentes son cada día más dependientes de las corporaciones multinacionales y transnacionales. Las perspectivas de beneficio en las diferentes regiones que han surgido de la globalización, ha acrecentado la distancia entre las naciones ricas y pobres, los grandes avances tecnológicos, medicina, agricultura, telecomunicaciones, etcétera, no están al alcance de toda la población mundial; por eso cualquier empresa debe de ser cada día más consciente de sus responsabilidades sociales y no solo dedicada a la producción y creación de empleos; por otra parte independientemente de la participación privada es obligación por su naturaleza que el Estado, debe de actuar en los diferentes ámbitos para garantizar una política social por la vía democrática estableciendo prioridades y objetivos muy bien definidos que propicie un desarrollo equitativo y del bien común para todos. Hace unos días tuvimos noticias de los Zapatistas y del ERPI, movimientos subversivos que parece que tenemos olvidados y que nos parecen neutralizados y sin importancia pero que siguen presentes en el panorama indígena que es tierra fértil para sus propósitos, la CTM por conducto de sus dirigentes declararon que el hambre y la pobreza del trabajador se ha agudizado, a pesar de su cuota política no son situaciones que hay qué dejar a un lado, incluso la Conferencia del Episcopado Mexicano advirtió sobre posibles desórdenes sociales por las actuales formas de vida de una gran cantidad de ciudadanos. Por eso el actual Gobierno sin disculpas de que se trata de rezagos de muchos años, debe aceptar el desafío del combate a fondo contra la pobreza promoviendo no con discursos sino con acciones concretas y medibles un desarrollo integral que propicie el derecho de una vida digna para los millones de marginados en nuestro País, al final todos somos responsables dentro de nuestros ámbitos de acción, de incorporar a un mayor bienestar a todos aquellos menos afortunados.
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