Hace algunas semanas tratábamos el tema del agua en esta columna y la conciencia que debe existir en todos nosotros si queremos tenerla a la larga. También El Siglo de Torreón resaltaba los problemas de contaminación en el aire y los focos de infección en los canales de riego hace unos cuantos días. Los temas por supuesto se vinculan. El mejor uso del agua es su re-uso, es decir, tratarla para volverla a emplear en cualquier otra cosa y, para ejemplo están Arizona o Israel donde el agua se ocupa cinco veces. De nuevo, en la forma de pensar y por ende de actuar, está la solución.
Pero por favor no le echemos toda la culpa al Gobierno, en gran parte es nuestra. Ejemplo: los canales de riego que cruzan las zonas urbanas laguneras. El Canal del Coyote, está lleno de aguas negras, basura y desperdicios de todo tipo. ¿Quién arroja qué? Es increíble que hasta los propios vecinos de esas zonas y no sólo los que por ahí pasan, arrojen basura al canal, parece ser que si aventamos las sobras a una barranca, río o canal, ésta va a desaparecer como por arte de magia. En parte es un problema de educación, cómo hacerle para sensibilizar a la población que no lo haga, que si les da flojera quedársela hasta encontrar un basurero propiamente dicho, que se ve feo y hiede en mi coche, que no me di cuenta, que a los choferes de la ruta Jacarandas les afea el autobús, etcétera, etcétera, etcétera. Una buena campaña para crear conciencia y sentido de responsabilidad sería un buen principio. Nos podrían decir a todos que hacerlo propicia el cólera, dengue, virus del Nilo, etc. Pero allí no se acaba. El Gobierno, en todos sus niveles también tiene que empezar por casa. Si voy en la calle y no hay dónde dejar la basura, pues a la gente se le va a hacer muy difícil cumplir. ¿Y las aguas negras, quién las vertió al canal?
Con bombo y paltillo los Gobiernos de Coahuila y Durango nos hablan de las plantas de tratamiento de aguas residuales en Torreón y Gómez Palacio, qué bueno, pero, ¿por qué no nos dicen que las escogieron del tipo que requiere gran mantenimiento, que podrían haberse hecho varias medianas en lugar de una enrome en cada ciudad? Son preguntas, no vayan a pensar que estoy de cínico. ¿Sabe la población que el agua de las plantas de tratamiento, o una buena parte por lo menos, se les va a regalar a los “ejidatarios”? Si cuesta dos pesos por metro cúbico el tratamiento, por decir una cifra, no podríamos cobrarles aunque sea un poquito, ¿cómo le vamos a hacer para que no la tiren si no les cuesta nada? ¿Para que pongan cultivos rentables y viables a largo plazo en la zona y no alfalfa? ¿Estamos conscientes que en nuestro país, todos los políticos quieren inaugurar obras, pero jamás de los jamases mantenerlas? Vean las carreteras de este país como muestra, por no decir nada de las calles. Algunos Gobiernos estatales han comenzado con pequeñas acciones que en el futuro tendrán un buen beneficio. Morelos por ejemplo, exige a toda nueva construcción fosa séptica y de allí vierten las casas y negocios a los drenajes municipales. ¿Qué se gana? Un primer tratamiento en las casas que hace menos cara la inversión en plantas de tratamiento. Sencillo pero efectivo. Que conste que lo inició un Gobierno priista y lo ha continuado inteligentemente un panista, para que no se me dogmaticen.
¿Y qué tal del rollo entre estados y la federación? Aparte de la sinrazón o razón que puedan tener la Conferencia de Gobernadores y el presidente Fox, ¡qué espectáculo! Lo único que crean es animadversión y retraso de soluciones. Qué bueno que presionen al Presidente, pero ¿si de veras no hay, para qué tanto ruido? ¿Si hay, no es mejor negociar con datos y hechos y menos con berrinches? Recordemos que Argentina y Brasil se metieron en serias dificultades económicas porque sus estados y provincias se dedicaron a gastar y no tenían con qué pagar, pura deuda y nada más. Un poco de cordura cabría esperar de quien se supone son buenos políticos y mientras tanto a los municipios, puras habas. Pero regresemos al ejemplo de disfuncionalidad entre la federación y el Gobierno estatal coahuilense y el municipio de Torreón, en el caso del Canal del Coyote.
Primero se echan la pelota unos a otros, luego que no hay presupuesto, después que ya viene, que a lo mejor Conagua limpia en noviembre.
En el ínterin por supuesto que se enferme la población de cólera, dengue y demás, total el que va a pagar el tratamiento de los enfermos es el Seguro Social y ése, no es mi presupuesto. Les digo. ¿No podríamos buscar una solución conjunta, en lugar del bla, bla, bla? Primero, una campaña de respeto cívico y explicación del porqué no se debe tirar basura a un canal; segundo, facilitarle a la población vecina al canal y a los que pasan por allí, tener dónde poner la basura y desperdicios y por supuesto recogerlos en tiempo y forma; tercero, limpiarlo ¡pero ya! ; cuarto, ver soluciones a largo plazo. ¿Qué tal una propuesta como la del estado de Morelos? ¿Qué tal entubarlo o cubrirlo en su parte urbana y aprovechar para hacer vialidades, carriles para bicicletas, para corredores o lo que se les ocurra?
¿Por qué no buscar una solución inteligente a un problema real cooperando todos? ¿Por qué no hacer de una debilidad una fortaleza? ¿Las aguas negras no las podían llevar a otro lado que sean menos perniciosas? ¿Y si de plano las tratan? ¿Cuesta tanto pensar?