A la fecha del presente artículo, diversos acontecimientos pero relacionados de alguna manera mantienen en vilo a todas las actividades económicas del País, la incertidumbre financiera que ha propiciado el encarecimiento del dólar y la caída de la bolsa se agudiza aún más por tratarse de presiones externas e internas que presagian que las turbulencias se mantendrán frecuentemente. En Estados Unidos la economía se está reactivando muy lentamente, el desempleo continúa débil y Alan Greenspan en su comparecencia ante el Congreso fue muy claro al mencionar la necesidad de mantener en forma imperativa las finanzas públicas absolutamente equilibradas es decir, no habrá laxitud en el manejo de las mismas y los analistas califican dicha recomendación como negativa para los mercados financieros y continúa desde luego la desconfianza en la recuperación de los resultados en las empresas estadounidenses.
Por otra parte la posibilidad de un enfrentamiento bélico con Iraq eleva la posibilidad de una recaída mundial.
En nuestro país con el aumento del ?corto? de Banxico a $400 MDP diarios empujó la tasa de Cetes a su nivel máximo en éste año buscando evitar una mayor depreciación del peso con el dólar pero lo principal, es la búsqueda de una menor inflación pues ya sabemos lo difícil de alcanzar el 4.5% pronosticado para el presente año.
Pero independientemente de los aspectos económicos son los sucesos en el acontecer político los que parecen ser los factores que están provocando impredictibilidad para la sociedad en general, apenas se acaba de pasar al congreso la iniciativa para abrir el sector eléctrico a la iniciativa privada, cuando los diputados miden fuerzas con el problema que enfrentan al tratar la posibilidad del desafuero de los líderes petroleros y tal parece que para ellos esto último merece mayor importancia que al proyecto eléctrico que en sí representa una de las prioridades para el actual Gobierno. Pienso que el Ejecutivo está cometiendo un error que describiría como circunstancial ó para variar por falta de una adecuada asesoría política pues no se explica cómo abre frentes sin meditar los tiempos políticos.
Por principio de cuentas si ya inicio el procedimiento del problema que conocemos como Pemexgate, y aún no está del todo claro el fincar responsabilidades frente a los implicados que se encuentran en Estados Unidos, enderezan las baterías contra los líderes petroleros y el propio PRI, por lo que de antemano es predecible las consecuencias que éste problema ocasionará; si bien es de felicitarse por las acciones tomadas en la lucha frontal contra la corrupción, se pierde la percepción de los tiempos pues como sabemos se está en el momento de la negociación de los salarios con los trabajadores petroleros y por lo tanto es muy iluso pensar que no se pudiera contaminar, ya que una cosa es de que se trata de actos de justicia y legalidad y no pretender terminar en un momento con vicios y corruptelas arraigadas por mucho tiempo.
Por lo tanto estamos toda la sociedad ante una verdadera encrucijada, ya que se espera que se sigan las investigaciones en un marco de absoluta transparencia y que la justicia se aplique apegada escrupulosamente a la ley; pero tampoco se puede soslayar el derecho de los trabajadores para negociar mejoría en sus condiciones laborales con todo y la mala fama que pesa en la historia de éste sindicato y la irresponsabilidad de sus líderes al amenazar con una huelga que tiene todo los visos de neutralizar las acciones en contra de sus dirigentes y lo malo es el exceso de confianza por parte del Gobierno al afirmar el Secretario de Gobernación que se tienen opciones de la ?A a la Z? para solucionar éste problema.
Tenemos pues un escenario de una posible crisis de consecuencias insospechables por el daño económico que se generaría con una huelga en un sector estratégico e indispensable para el País en donde el aparato gubernamental no tiene elementos para poder afrontar ésta situación. Es obvio que los inversionistas ya están tomando sus precauciones y el impacto apenas empieza a resentirse pero puede ser catastrófico, esperamos pues que la responsabilidad, prudencia y nacionalismo imperen entre las partes involucradas pues lo cierto es que si no prevalece nuestro amor a México todos perdemos.
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