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LA HABANA. - Cuba se alista para recibir a un segundo huracán en menos de dos semanas, Lili, que causó cuatro muertos en la vecina Jamaica por deslaves e inundaciones debido a las fuertes lluvias.
Lili ganó fuerza y se convirtió en el cuarto huracán de la temporada 2002, apenas unos días después del paso de Isidore, que causó estragos en Jamaica, el oeste de Cuba, la península de Yucatán en México y el sur de Estados Unidos.
Las autoridades cubanas mantienen una alarma ciclónica para las provincias de Pinar del Río, La Habana, Ciudad de La Habana e Isla de la Juventud, en la región occidental y central del país.
Pinar del Río y la Isla de la Juventud fueron las más afectadas por los fuertes vientos y copiosas lluvias que provocó el huracán Isidore, que a su paso por Cuba hace 11 días dañó viviendas y cosechas.
Lili registraba vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora y se movía al oeste-noroeste a una velocidad de 17 kilómetros por hora, dijo el Centro Nacional de Huracanes. “Un fortalecimiento adicional se pronostica durante las próximas 24 horas”, añadió.
De mantener su curso actual a través del mar Caribe, Lili tocaría hoy el extremo occidental de Cuba, antes de alcanzar el Golfo de México rumbo a la costa estadounidense, cerca de la frontera entre los estados de Texas y Louisiana.
En México, las autoridades declararon una fase de alerta en los estados de Quintana Roo y Yucatán, en la península de Yucatán.
Muertos en Jamaica,
evacuados en Cuba
En Jamaica, la policía dijo que tres personas murieron en Trinity Ville, al este de Kingston, incluyendo a una mujer y un niño que fueron arrastrados por las aguas cuando intentaron cruzar una calle. El conductor de un taxi también pereció cuando su auto fue atrapado por un deslave en Saint Thomas.
La fuerte lluvia y los deslaves afectaron a toda Jamaica. Al menos 700 personas debieron ir a refugios debido a los daños en sus casas, dijeron funcionarios de desastres.
En Cuba, cientos de personas han sido evacuadas de las zonas costeras y bajas en la zona oeste y central. Sólo en Pinar del Río, el número de evacuados podría llegar a 110.000 personas, según estimaciones de funcionarios provinciales.
En el sureste, las lluvias que acompañan a Lili dejaron incomunicados varios pueblos y comunidades de la provincia de Santiago de Cuba. En la capital provincial del mismo nombre hubo daños en 131 inmuebles debido a las lluvias, dijo la agencia noticiosa estatal AIN.
Cuba comenzó el domingo la evacuación de la población en las localidades ubicadas al sudeste de la isla y que son amenazadas por Lili. En Bayamo, en la provincia de Granma, más de 28.000 personas fueron evacuadas por precaución.
Otras 500 personas fueron evacuadas desde zonas bajas y localidades del litoral de la costa sur de la provincia de Camagüey.
De un huracán a otro
En temporada de huracanes ocurren ciclones “de vez en cuando, pero no recuerdo uno tras de otro”, dijo el director de la escuela, José Luis Suárez, de 44 años. La escuela recibió 522 evacuados al paso de Isidore, provenientes de Surgidero de Batabanó y la Isla de la Juventud.
Hace once días, los ventarrones de Isidore arrancaron árboles en el oeste de Cuba mientras la subida del nivel de las aguas bloqueó caminos. Casi 300,000 personas fueron evacuadas antes de la tormenta.
Las aguas del mar Caribe, agitadas por los intensos vientos, arrasaron algunas casas costeras, aunque las autoridades no reportaron ninguna víctima debido a Isidore.
Los cubanos aún buscan recuperarse del impacto del huracán Michelle, que azotó el centro de Cuba en noviembre pasado matando a cinco personas, destruyendo plantaciones de cítricos y de caña de azúcar y 200.000 casas, con daños calculados en 1.800 millones de dólares.
Mientras tanto, la tormenta tropical Kyle parecía constituir un creciente peligro para las Bermudas. Tras girar sin dirección definida en el océano Atlántico durante días, Kyle se estaba organizando y podría cobrar fuerza en las próximas 24 horas.