Notimex
Madrid, ESPAÑA.- Al menos cuatro palestinos muertos, incluido un niño de cuatro años, unos 25 heridos y varias casas destruidas dejó ayer una nueva incursión del ejército israelí en la localidad de Rafah, en el sur de la franja de Gaza.
El operativo en Rafah se produjo apenas unas horas antes de que el gobierno israelí anunciara que aligerará el control militar y las sanciones que pesan sobre el pueblo palestino, en respuesta a las exigencias que en ese sentido le hizo la víspera Estados Unidos.
Unos 15 tanques, excavadoras y carros blindados del ejército israelí ingresaron la madrugada de ayer en Rafah, donde abrieron fuego e iniciaron cateos casa por casa, forzando a la población a salir de sus viviendas, según reportes de la prensa israelí conocidos aquí.
Los soldados destruyeron tres casas con excavadoras y otras dos viviendas fueran dinamitadas, en el interior de uno de los inmuebles dormía un menor de cuatro de años de edad, Tawfiq Braka, quien murió sepultado entre los escombros, y sus familiares resultaron heridos.
El palestino Ibrahim Alghuti, de 26 años de edad, también falleció a causa de los disparos que recibió al salir de su casa durante el operativo y al menos otras 25 personas resultaron lesionadas durante las explosiones, según fuentes palestinas.
En la frontera de Rafah, cerca del asentamiento judío de Kerem Shalom, dos palestinos armados fueron abatidos por soldados israelíes al parecer cuando trataban de infiltrarse en la localidad de Yevul, de acuerdo con reportes de fuentes militares.
Unas horas después del operativo en Rafah, el gabinete israelí acordó aligerar las sanciones militares y las restricciones económicas en los territorios palestinos, a petición del primer ministro de Israel, Ariel Sharon.
Sharon hizo la solicitud para aligerar las sanciones, luego que ayer, el embajador estadounidense en Tel Aviv, Dan Kutzer, le reclamó que hasta ahora había hecho cero esfuerzos por remediar la crítica situación de los palestinos, como lo había prometido.
Kutzer, a nombre de la administración estadounidense, condenó los recientes operativos militares en los territorios, y criticó las persistentes restricciones humanitarias y económicas, al tiempo que exigió la retirada israelí de al menos dos ciudades de Cisjordania.
En respuesta, el gabinete israelí acordó eliminar las sanciones e incluso, el ministro de Defensa, Benjamin Ben-Eliezer, aseguró que “pronto” se reanudará el diálogo con funcionarios palestinos y que seguirá el desmantelamiento de asentamientos judíos ilegales.
El anuncio se produce un día antes de que Sharon viaje a Estados Unidos a entrevistarse con el presidente estadounidense George W. Bush, y en medio de las condenas de la ONU que acusó a Israel de no hacer nada por aliviar la situación de los palestinos.
Catherine Bertini, del personal de ayuda humanitaria de Naciones Unidas (ONU), enviada a los territorios por el secretario de esa organización Kofi Annan, publicó este fin de semana un reporte donde aseguró que Israel mantiene sus restricciones militares al máximo. Según Bertini, hay una total falta de coherencia entre la política y las acciones de los líderes israelíes, al tiempo que señaló que si el ejército hubiera implementado todas las promesas de sus políticos, la situación de los palestinos sería mucho mejor.
Por su parte, Nabil Abu Rudeinah, consejero del presidente palestino Yasser Arafat, también denunció a Israel por engañar a la opinión pública con el presunto levantamiento de sanciones y dijo que se trata de una treta por la visita de Sharon a Estados Unidos.
“No hay alivio de las restricciones israelíes, aquellas restricciones son intensificadas y la escalada militar está en todas partes en todos los niveles”, dijo Abu Rudeinah este domingo a la prensa en la ciudad cisjordana de Ramallah.
“Cada vez que Sharon visita Estados Unidos, reclama que hay contactos con funcionarios palestinos y que está aliviando la vida cotidiana del pueblo”, apuntó el consejero del presidente palestino.