Nueva York, E.U.- El afamado cineasta español Pedro Almodóvar presentó ayer en el Festival de Cine de Nueva York su última película Hable con Ella, que ha tenido un gran recibimiento entre la crítica norteamericana, al igual que sus anteriores producciones.
La película, que clausura la edición de este año del Festival, fue descrita por el propio cineasta como “multidireccional” y admitió que introducir en ella una historia de otra época, como es la pieza en blanco y negro Amante menguante que recrea el cine mudo, puede dispersar al espectador.
“En esta película, he hecho muchas cosas arriesgadas conscientemente, con un espíritu un poco suicida, pero lo que pretendía lo he conseguido”, manifestó Almodóvar en un encuentro con periodistas iberoamericanos en Nueva York.
A Almodóvar, que tiene fama de ser un gran director “de mujeres”, le gustaría que le reconocieran el mérito de ser un director “de hombres” también, especialmente porque realizó anteriormente película donde los personajes principales son masculinos como Carne Trémula y Matador.
“Tengo que admitir que me divierten más las actrices que los actores. En esta película, los protagonistas son hombres, pero la presencia femenina aunque sea sólo física es muy fuerte”, dijo.
A las actrices de la película les divierte también ser “Chicas Amodóvar”.
Leonor Watling muestra su entusiasmo por ser incluida en el grupo de las mujeres “almodovarianas” -Victoria Abril, Carmen Maura y Cecilia Roth-, mientras que para Geraldine Chaplin era el sueño de su vida, después de ser siempre la “hija de Charlot”.
“No me gusta que les digan ‘Chicas Almodóvar’, como si fuera las ‘Chicas Bond’, ya que deprecia el valor de ellas como artistas que tienen nombres y apellidos”, señaló el afamado cineasta español.
Sobre la posibilidad de hacer películas en EEUU, no lo descarta, pero indicó que es casi imposible hacer filmes personales dentro de la maquinaria de Hollywood, como se puede ver con los directores latinos que han debutado en la industria estadounidense.
A su juicio, los productores estadounidenses toman a directores de cine de otros lugares “para engullirlos y comérselos crudos”, precisó.
Almodóvar admitió que prefiere hacer películas en español y después mostrarlas en EU, aunque no tengan la misma distribución que las producciones de Steven Spielberg y que sólo se vean en 200 ó 300 salas de cine de todo el país.
Con humor, el cineasta afirmó que el paso de lo cómico a lo trágico en su cinematografía se debe a “la grasa”, es decir el paso del tiempo que comporta engordar.
“Es una metáfora, pero es así. En los años 70, pesaba 70 kilos, en los 80, pesaba 80 kilos y en los 90, mi peso eran 90 kilos”, manifestó.
Junto con el aumento de peso reconoce haber madurado por acumulación de experiencias y por conocerse mejor a sí mismo y el mundo que le rodea, así como admitió haber perdido la paciencia con los años, que “es una coraza contra el estrés” y el aguante físico.
“El cuerpo me pide explorar otras cosas, pero esto no quiere decir que haya abandonado la comedia”, precisó.
Pedro Almodóvar está preparando su próxima producción que se titulará “La mala educación”, sobre la educación en los colegios religiosos y los abusos sexuales a menores.
“Es un tema muy de moda del cual la Iglesia Católica debería preocuparse. Creo que se debería eliminar el celibato y el voto de castidad para que estas cosas no sucedan”, resaltó.
Almodóvar, que cuenta en esta ocasión como protagonista a el actor argentino Darío Grandinetti y que en Todo sobre mi madre contó con la actriz Cecilia Roth, manifestó que le preocupa mucho la situación económica en Argentina.
“A pesar del bache que están pasando -ningún pueblo se merece lo que ocurre en Argentina- el cine argentino es el mejor que se está realizando actualmente en lengua española” dijo, poniendo como ejemplo La Ciénaga, Nueve Reinas y El Hijo de la Novia.