Caracas (EFE).- Venezuela entró hoy en el décimo día de la huelga general convocada por la oposición para "sacar" del poder al presidente Hugo Chávez en un ambiente de crispación y de temor a un recrudecimiento de la crisis.
La atención de los venezolanos se centra en la crítica situación del grupo estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), incorporado a la huelga por un grupo de ejecutivos de la empresa a los que la dirección considera "saboteadores y terroristas".
La actividad de PDVSA, quinto exportador mundial de crudo, es vital para la economía venezolana, a la que proporciona cerca de la mitad de los ingresos del presupuesto nacional y el 80 por ciento de las divisas.
Los ejecutivos utilizaron su control sobre puntos vulnerables de la empresa, altamente automatizada, para cerrar válvulas, retener órdenes en el sistema informático y ejecutar otras acciones que han entorpecido su funcionamiento y han reducido la producción a menos de un 30 por ciento de su capacidad, según fuentes de la misma.
Alí Rodríguez, presidente de PDVSA, advirtió que las pérdidas son "muy altas" y que podrían presentarse demandas en el exterior, hasta por 6.000 millones de dólares, por incumplimiento de compromisos.
Como consecuencia de la huelga en PDVSA, ya se han detectado ya colas en estaciones de gasolina y oleadas de clientes se agolpan en los bancos para recuperar sus fondos ante la incierta situación política del país.
La disponibilidad de alimentos es todavía normal, aunque en algunos establecimientos se han reducido las existencias de productos como el aceite, la harina de maíz y la carne vacuna, según la prensa caraqueña.
La Asociación Nacional de Supermercados y Afines garantizó el suministro de los alimentos que integran la llamada "canasta básica" mientras que el gobierno organizó un "megamercado" en una céntrica zona de la capital en el que se ofrecen productos navideños a precio reducido. por desactivar los "obstáculos tecnológicos" aplicados por los gerentes rebeldes y restablecer, poco a poco, la actividad de la empresa, cuyos trabajadores están mayoritariamente en sus puestos, según el ministro.
Tanto oposición como gobierno mantienen a sus simpatizantes en las calles con marchas y concentraciones que, de momento, no se han cruzado.
Mientras, el secretario general de la OEA, César Gaviria, trata de que se registren avances en la negociación para encontrar una salida "electoral, pacífica, democrática y constitucional" a la crisis y para desactivar el potencial de violencia que subyace en ella.
Sondeos efectuados en la calle revelan que el mayor temor de la gente que no está ni con el gobierno ni con la oposición es que algún brote aislado de violencia pueda ser el detonante para enfrentamientos a gran escala entre ambas partes.
EFE