Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Amigo Sembrador

Francisco A. Ledesma

Hace muchos años que conozco a Alejandro Pérez de la Vega y me precio de considerarlo como uno de mis más queridos amigos. Muchas son las cualidades de Alejandro, pero podríamos decir que hay dos predominantes: su proclividad al servicio altruista y su calidad de amigo excepcional.

Fue anfitrión por partida doble porque en su feudo se efectuó la última sesión comida del Club Sembradores de Torreón y él fue quien preparó, como buen cocinero que es, los manjares ofrecidos. Junto con Alejandro fueron oferentes del convivio: César Villalobos, Nacho Obeso y Aris Papadópulos, por cierto que este último llegó de “volada” a la comida, pues procedente de la Ciudad de México, del aeropuerto se trasladó a la Casa del Sembrador.

De sobremesa se trató un asunto de actualidad en el que Alejandro dejó asentada plenamente su lealtad a un amigo en desgracia, porque es precisamente en las situaciones difíciles de la vida, cuando se conocen quienes son nuestros amigos.

Esa lealtad de Alejandro hacia el amigo, vino a fortalecer algo que yo he sentido en el curso de toda mi vida: la idea de que en los avatares que la vida nos presenta, es mejor tener un amigo que un peso en el bolsillo. Bien se dice: si tienes un amigo, no te consideres pobre. Si lo sabes conservar, tendrás siempre un tesoro.

Hay ocasiones en que dudamos de la sinceridad de los amigos porque sus palabras o sus actitudes, han herido nuestra susceptibilidad. Son las mismas dudas que todo individuo, hombre o mujer, puede tener con respecto a la validez de la amistad.

El meollo del asunto está en dar nuestra amistad y recibirla por reflejo, sin exigir más de lo que cada persona puede dar. Yo creo que una de las satisfacciones más grandes que una persona puede tener es darse; entregar algo tan noble y tan puro como es la amistad, pero sin esperar reciprocidad en el grado o intensidad que uno es capaz de dar. Y si se siente uno acompañado, si se siente correspondido, nos podemos considerar dichosos.

Precisamente es uno de los objetivos del Club Sembradores de Torreón, sembrar la semilla de la amistad, cuidarla, cultivarla para hacerla crecer y que su floración, su fruto, sea el trato amistoso, fraternal de las personas asociadas.

Son muchos los amigos de mi club cuya cualidad de amigos puedo ponderar, decir sus nombres les haría justicia, pero omitir a alguno de ellos involuntariamente, sería injusto.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 6463

elsiglo.mx