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Amigos de Fox/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Uno no hace la paz con sus amigos. Uno hace la paz con sus enemigos”.

Yitzhak Rabín

El presidente Vicente Fox tiene frente a sí un reto enorme. Su cruzada contra la corrupción, la cual se ha enfocado en buena medida a la investigación sobre el presunto desvío de dinero de Pemex al sindicato petrolero y de ahí al PRI, no logrará una credibilidad cabal mientras se mantengan las dudas sobre las presuntas aportaciones ilícitas a los Amigos de Fox.

El presidente Fox ha tratado de restarle importancia a este último asunto y ha señalado que no se trata de casos comparables. Y en buena medida tiene razón. El llamado Pemexgate es un presunto peculado de fondos de una empresa del gobierno, lo cual equivale a un desvío de dinero del pueblo. En cambio, las aportaciones a los Amigos de Fox, en caso de que se demuestre que son ilícitas, serían de todas maneras contribuciones voluntarias de particulares a una causa política. En los montos de cada uno de los casos hay también una diferencia enorme. Hasta este momento la investigación sobre los Amigos de Fox se basa en una presunta aportación del extranjero de 200,000 dólares, lo cual equivale a unos 2 millones de pesos. En el caso del Pemexgate el dinero entregado de manera supuestamente irregular al sindicato fue de 1,580 millones de pesos, de los cuales al parecer 640 millones fueron canalizados posteriormente al PRI. Otra diferencia significativa es que el desvío de Pemex, por ser de dinero público, constituye un asunto penal además de electoral. Las aportaciones a los Amigos de Fox, en caso de ser efectivamente irregulares, implicarían una violación a las leyes electorales, pero no llevarían a una acción penal.

Sin embargo, el hecho es que la aportación de 200,000 dólares que ha sido hasta ahora objeto de investigación en los Amigos de Fox podría ser solamente la punta del iceberg. Ésa es la razón por la que el IFE está exigiendo conocer en detalle las cuentas de las empresas de Lino Korrodi y de otras personas que se sospecha pudieran haber sido usadas para movimientos de dinero a la campaña. El hecho de que se haya aplicado sistemáticamente la protección del secreto bancario a estas cuentas no ha hecho más que levantar las sospechas.

Hay otro punto que no deja de ser importante. Si bien las aportaciones extranjeras a los Amigos de Fox pudieran ser sólo una falta administrativa electoral, el gobierno del presidente Fox difícilmente puede seguir manteniendo la posición de que representa la legalidad y la limpieza de una nueva era frente a la corrupción de los viejos regímenes priístas si tiene también irregularidades en la manera en que se financió. La ley es la ley y no puede darse uno baños de pureza cuando también la ha violado.

Entiendo que las autoridades financieras del país tienen obligación de preservar el secreto bancario legislado por ley. Lino Korrodi tiene también el derecho de mantener la secrecía de las cuentas bancarias de sus empresas. No se le puede castigar y obligarlo a revelar públicamente todas sus operaciones simplemente porque apoyó a un candidato político. Pero si las cuentas de los Amigos de Fox no son sometidas a un escrutinio detallado, el Presidente de la República no podrá eliminar la sospecha pública de que hay algo turbio en la manera en que financió su campaña. Y si esta idea sigue extendiéndose, poco importarán las diferencias que hay realmente entre un caso y el otro. La honestidad en la política es una cuestión de percepción más que de realidad. Los casos judiciales en los que se ventilan las presuntas irregularidades financieras de las campañas son largos y complejos y al final suelen decidirse por formalismos legales que la mayor parte de la gente no comprende.

Por eso, la batalla por la honestidad debe librarse fundamentalmente en los medios de comunicación y en la opinión pública. La victoria o derrota se medirá, más que en las decisiones de los tribunales, en las consecuencias que los casos tengan en las elecciones del 2003. En estas circunstancias el presidente Fox está obligado a pedir a Lino Korrodi y a todas las demás personas involucradas en los Amigos de Fox que liberen toda la información necesaria para que, si efectivamente no se cometieron irregularidades, esto quede perfectamente claro en la mente de todos.

Delito: solidaridad

Miguel Ángel Granados Chapa ha narrado en su columna el caso dramático de un hombre, José Antonio Rea Cruz, sentenciado en primera y segunda instancias por los delitos de homicidio, falsedad en declaraciones y aborto, por el hecho de haber acompañado a una mujer a practicarse un aborto. Rea Cruz llevó a la mujer moribunda a un hospital tratando de salvarla. Pero la ley en nuestro país quisiera obligarnos a dejar a la víctima en la calle desangrándose hasta morir.

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