Torreón, Coah.- Se hará comparecer a los dos médicos involucrados en el caso del recién nacido que broncoaspiró líquido amniótico durante el parto y muriera, a fin de establecer los motivos por los cuales no dieron parte en forma oportuna a las autoridades, informó Carlos Falcón Sifuentes, titular de la Coordinación “A” de agencias del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal.
Manuel Santoyo y Arturo Espinoza, el primero, médico que asistiera a a Ana Lilia López Saucedo en su consultorio y el segundo, médico de guardia del Hospital Infantil que ya no recibió al recién nacido fallecido y que no hicieron el reporte oportuno al Ministerio Público, se les hará comparecer para que rindan su declaración respecto a los hechos.
Cuestionado sobre la posibilidad de que se diera el delito de tráfico de infantes, Falcón Sifuentes respondió que no era el caso, motivo por el cual se dejó en libertad tanto a Ana Lilia como a Blanca Lorena Hernández Rocha, quien recibiera al bebé muerto en su domicilio de Privada Argentina No. 15 de la colonia Aviación.
Recordó que los hechos se registraron la madrugada del jueves, cuando López Saucedo, de 28 años de edad, tras comunicarse con Manuel Santoyo, acudió al consultorio de éste, sito en calle Cuicuilco y calzada Xochimilco de la colonia Carolinas, pues presentaba labor de parto.
Debido a la premura del tiempo, el médico decidió recibir al bebé en el consultorio, sin pensar que fueran a presentarse complicaciones durante el alumbramiento, pues el infante aspiró líquido amniótico y hubo necesidad de llevarlo al Hospital Infantil para su atención, pero por desgracia llegó sin vida.
Fue entonces que tanto Ana Lilia como su médico decidieron llevarlo hasta la casa de Blanca Lorena, quien cuida a los otros tres hijos de la parturienta por las noches, ya que ella trabaja como cajera en el bar Coctel 2 (antes bar 33), ubicado por el bulevar Revolución frente a la Unidad Deportiva Torreón. Esto fue a las 04:00 de la madrugada, tres horas después del nacimiento.
Ahí, la madre del recién nacido dejó el cadáver, pues “iba a conseguir dinero para darle cristiana sepultura”, por lo que se retiró, pero a su domicilio, donde por la mañana la encontraron agentes de la Policía Preventiva.
Tras aclarar la situación y verificar que el deceso del infante se debió a causas naturales, se dejó en libertad a ambas mujeres, sin embargo, se hará comparecer a los dos facultativos para que den a conocer su versión de los hechos, terminó diciendo Falcón Sifuentes.
Interrogantes
En medio de este sorprendente caso, las autoridades no se han preguntado:
*¿Por qué el doctor Manuel Santoyo optó por atender el parto en su consultorio, ya que habría sido mejor acudir a la Cruz roja o a alguna otra institución donde se tienen los medios para enfrentar cualquier contingencia?
*Dicho consultorio, ¿cuenta con lo necesario para dar este tipo de atención?, si es así, ¿lo sabe la SSA?
*¿Por qué no extendió el correspondiente certificado de defunción, toda vez que él fue quien atendió el parto y sabía las causas por las que murió infante?
*¿Por qué no dio parte al Ministerio Público y en su lugar acudió al Hospital Infantil donde el médico de guardia (aunque no lo haya recibido) tampoco reportó del hecho al MP?
*¿Por qué dejaron el cadáver del bebé con quien le cuida los niños a Ana Lilia?
*El doctor Manuel Santoyo, ¿cuenta con la experiencia necesaria para atender partos?
Estas y muchas más interrogantes quedaron en el aire luego que las autoridades decidieron que no había delito qué perseguir.
Hace varias décadas la sociedad se escandalizó con la noticia de que un médico local se vio involucrado en tráfico de infantes, donde él cobraba considerables cantidades de dinero por atender mujeres embarazadas de escasos recursos en su consultorio, para luego convencerlas de que la mejor opción era “dar en adopción” a sus hijos que no podían mantener, a familias pudientes.
Las autoridades tienen la respuesta a todo lo anterior.