Ma. Teresa Cerra
El Siglo de Torreón
Cd. Lerdo, Dgo.- Un año desastroso para las hortalizas, principal cultivo establecido en la zona dejó desolación y desesperanza entre los pocos productores que pudieron sembrar como consecuencia de la poca agua existente en las presas regionales.
La reducción de superficie fue aproximadamente un 50%, el año 2001 se establecieron 300 hectáreas, mientras que en el 2002 apenas se completaron unas 150 hectáreas.
Conrado Antúnez Ponce, titular de Desarrollo Rural Municipal habló acerca de la crítica situación por la que atravesaron los productores y los más de 400 jornaleros procedentes de diferentes estados del país, que como cada año, arribaron al municipio en busca de trabajo.
Principalmente de San Luis Potosí, Aguascalientes, Hidalgo y Sonora llegaron a las comunidades de León Guzmán, Monterrey y Sapioriz, varias familias para participar en la recolección de cosechas, específicamente de chile jalapeño.
Desafortunadamente, el precio que arrancó a 4.50 pesos el kilogramo, se cayó estrepitosamente hasta 2.50 y 2.00 pesos el kilo, lo que provocó que los resultados no fueran los esperados y muchos de ellos tuvieran que emigrar a otras regiones.
El kilo se pagaba a 1.50 pesos más la movilización, eso implicó que la mayoría de los productores sufriera pérdidas.
Durante los 40 o 60 días que estuvieron la mayor parte de los jornaleros que cíclicamente arriban, pidieron la colaboración de la Dirección de Salud Municipal y Seguridad Pública, para que se les brindara servicio y atención a sus familias.
Fue necesaria la participación médica debido a que se trata de una población flotante que viaja con menores de edad y mujeres.
Mencionó el funcionario público, que fue lamentable que trabajadores del campo tuvieran que retirarse anticipadamente, debido a la caída del precio del chile y a la poca superficie establecida.
“Fue un micro ciclo de decepción, ya que de nada sirvió atender la planta, prevenir plagas, cuidarla, además del descalabro sufrido en el invernadero de León Guzmán y El Cambio, derivado de plántula enferma que ocasionó pérdidas importantes”.
Ahora –añadió-, el 100% de la gente que tradicionalmente acostumbra establecer hortalizas, está inconforme, no sólo por las hortalizas, ya que también los que sembraron melón o sandía, han optado por mejor dedicarse a los forrajes.
“Este ciclo calificado como desastroso, queda como experiencia para que las tres instancias de gobierno, municipal, estatal y federal planeen a futuro los términos de la comercialización y se busque un mercado favorable”.
Las 150 hectáreas que se establecieron en Lerdo, más las cultivadas en otras zonas de la región, se presentaron en las mismas circunstancias.
Hasta la fecha no hay una respuesta favorable a las pérdidas obtenidas por la plántula enferma por parte de la federación, deja en entredicho a las instituciones agropecuarias que no han dado el apoyo.
Ahora los productores se encuentran en la disyuntiva si para el próximo ciclo siembran o buscan otras alternativas, aunque de antemano saben que dependen por completo de las precipitaciones pluviales y del agua que llegue a las presas.
Muchas limitaciones
por la poca agua
Este año fueron muchas las limitaciones para los productores de hortalizas debido a lo reducido de la superficie por la poca agua.
Las hortalizas requieren mucha agua, debido a que necesitan auxiliarlas cada 10 o 15 días.
Lerdo se caracteriza por estos cultivos, al igual que poblados como Nazas y Rodeo que están arriba del cauce del Nazas.
A pesar de que han tratado de eficientizar el uso del agua mediante el revestimiento de canales y otras mejoras como el entubamiento, no son suficientes.
Hay 14 ejidos con derecho a agua de las presas: Graseros, Sapioriz, La Loma, 21 de marzo, San Jacinto, Juan E. García, León Guzmán, La Goma, 6 de Enero, El Rayo, Los Ángeles, Ciudad Juárez, Carlos Real y Álvaro Obregón.
De los 34 ejidos del municipio, solamente esos tienen derecho a agua rodada del Río Nazas.
La situación fue crítica desde que se anunció la utilización del 40% para el establecimiento de cultivos.
Si cuando logran el 100 por ciento tienen problemas, con menos de la mitad se complicaron las cosas.
Necesidades prioritarias
de los jornaleros
Una de las principales necesidades que enfrentan los jornaleros procedentes de otros estados es la carencia de albergues, por lo que jornaleros se dispersan en cada localidad.
Esta situación perjudica la economía de los propios trabajadores debido a que la renta de cuartos es cara para su ingreso o bien porque los obliga en ocasiones a quedarse a la intemperie.
También se presentó la problemática en aspectos de salud, situación que se agrava porque los productores no se hacen cargo del gasto médico, lo que implica la intervención del municipio vía Dirección de Salud y DIF en caso de medicamentos, así como seguimiento en caso de tratamiento.
La seguridad para resguardarlos, sobre todo en la noche que regresan del campo es otro punto importante, ya que la mayoría trabaja desde que sale el sol hasta altas horas de la noche.
La falta de hospedaje se presenta año con año, se tenía un corralón sin divisiones ni sanitarios, por lo que optaron por no aceptarlo.
Esto ocasionó que fueran en busca de un lugar donde quedarse, hubo quienes recibieron ayuda de los habitantes de las comunidades rurales y otros más rentaron algún cuarto.
En Sapioriz se tiene alrededor de diez casitas, pero son insuficientes, al igual que en León Guzmán, se requiere construir más viviendas de este tipo para las familias.
Ante esta situación se acordó la construcción de un albergue para el 2003 que contempla en una primera etapa 20 cuartos familiares en León Guzmán, mientras que para Sapioriz se convino con la comunidad ampliar la construcción con diez cuartos más.
Interviene el DIF
y Salud Municipal
Luis Araujo Longoria titular de Salud Municipal informó que dentro del programa de atención a los jornaleros, se dio atención a 12 casos con problemas importantes, los cuales se sacaron adelante en el Hospital Municipal.
Las visitas se realizaron a las comunidades de León Guzmán, Sapioriz y Monterrey, que tenían mayor concentración de gente para prevenir el brote de alguna enfermedad.
Por parte del DIF se les proporcionaron alimentos y diversa ropa.
Además, se coordinaron acciones con la Secretaría de Salud para cubrir todas las áreas.
Un día de trabajo
de un jornalero agrícola
Alejandro de 17 años de edad, es uno de los tantos jornaleros agrícolas que llega a Lerdo, viene procedente de un pueblo de Hidalgo y viaja solo.
Es el segundo año fuera de su lugar de origen y platicó a El Siglo de Torreón sobre las carencias que debe soportar por ganar unos pesos.
Aunque al principio renuente a contestar preguntas y sin dejar de recolectar chile jalapeño en una de las parcelas de León Guzmán, dijo que sale desde las 7 de la mañana y regresa a las 4 de la tarde.
“Es una tarea difícil, pero si le damos duro te va bien, en ocasiones llego a cortar hasta 200 kilos que pagan a 0.50 centavos, o sea que puedo juntar hasta 100 pesos, pero eso no es todos los días”. Agregó, que cuando hay lluvias como estos últimos días, corren el peligro de víboras y otras alimañas, pero ya saben cómo cuidarse de ellas.
Su comida es a base de frijoles, sopa de pasta y tortillas, en ocasiones chile que preparan las mujeres de otros trabajadores, pero cuando no están como ahora, comen lo que se puede.
Por la tarde descansa y se duerme temprano para prepararse para el día siguiente.
Muchos de los campesinos se fueron a Chihuahua o a donde haya cosechas, a los Estados Unidos ya casi no van porque se les dificulta pasar, así que prefieren pasar la mayor parte del tiempo dentro del mismo país, porque en sus pueblos no hay forma de sobrevivir.