Lima.-Tras el inesperado hallazgo de una momia en Machu Picchu, Perú, el pasado 9 de octubre, un grupo de arqueólogos ha encontrado en esta ciudadela inca otros dos esqueletos correspondientes a jóvenes mujeres que presumiblemente fueron sacrificadas.
Recuperados de la sorpresa que les causó a los arqueólogos del Instituto Nacional de Cultura hallar un osario en una zona de la ciudadela en la que se creía que ya estaba todo encontrado, los trabajos dieron nuevos frutos hace sólo tres días, cuando en las excavaciones se descubrieron otros dos esqueletos, según anunció a EFE Sabino Hancco, responsable de los trabajos.
"Aún no sabemos si estas dos nuevas momias tienen la misma edad que la primera, porque la humedad ha provocado que estén en mal estado de conservación, pero elaboraremos un concienzudo estudio antropológico que nos permitirá descifrar sus características", dijo Hancco.
Mientras que la primera momia, encontrada en una pequeña cueva, estaba revestida por un manto que prácticamente se deshizo al extraer los restos de la angosta cavidad, las dos nuevas también estaban rodeadas de numerosos objetos que facilitarán a los expertos determinar la época en la que vivieron.
Según los indicios de Hancco, las tres momias podrían pertenecer al llamado horizonte tardío del imperio Inca, que se desarrolló aproximadamente entre los años 1400 y 1500 después de Cristo.
Las tres momias son, presumiblemente, de tres mujeres jóvenes escogidas para ser sacrificadas al culto a las deidades andinas, a las que se ofrecían muchachas para ganar su favor.
La primera de las momias pertenece a una mujer de unos 20 a 25 años de edad. Generalmente, las escogidas o "acllas" eran reclutadas por su belleza entre los 8 y los 12 años y, desde ese momento, se dedicaban a servir al Inca.
Un pequeño grupo de las "acllas" era destinado al culto al Sol y las escogidas debían permanecer vírgenes hasta que eran sacrificadas, pero la mayoría seguía trabajando hasta la extenuación.
La tardía edad de las tres momias encontradas podría indicar que se trata de "acllas" dedicadas al trabajo, que enfermaron y fueron sacrificadas una vez concluido su servicio a la comunidad.
Estas escogidas fueron llamadas por lo españoles equivocadamente "vírgenes del sol", ya que pensaban que todas ellas habían hecho voto de castidad, pero sólo las "Yurac Aclla", las de mayor categoría, debían conservar su virginidad.
Los tres nuevos esqueletos han sido encontrados en sus respectivas cuevas en posición fetal y rodeados de numerosos objetos ceremoniales en el sector denominado Las Colcas.
Desde ese lugar puede observarse en toda su magnitud el Huaynapicchu, uno de los picos principales del entorno de la ciudadela, considerado uno de los más grandiosos "apus" o deidades andinas.
Junto a la primera momia fueron halladas ollas, cántaros, prendedores de cobre o "tupus" y cuentas de collar, entre otros objetos, los mismos que la "aclla" utilizó durante sus trabajos para la comunidad.
En la segunda tumba, también había tres "tupus" y agujas, alhajas de bronce que hacían la función de espejos, así como una olla ceremonial y un cántaro con decoración.
Según Sabino Hancco, todos los objetos estaban revestidos por diversos tejidos que serán convenientemente analizados.
Las tres tumbas están ubicadas aproximadamente a 1,20 metros de profundidad en un área de 33 metros cuadrados, en el tercer sector o zona urbana de la mítica ciudadela de Machu Picchu.
Estas "acllas" jugaron un papel fundamental para la realización del concepto de reciprocidad existente a lo largo de todo el imperio incaico, ya que ayudaron al inca a congraciarse con los curacas (caciques) y señores vecinos del Tahuantinsuyu, el territorio imperial.
Hancco y el resto de su equipo de arqueólogos seguirán con sus investigaciones para determinar científicamente la edad y el tiempo en el que vivieron las tres momias.
Según el responsable de las excavaciones, el estudio antropológico y científico estará completamente terminado a mediados de diciembre próximo. EFE