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WASHINGTON, EU.- Estados Unidos justificó ayer las medidas que empleó el gobierno del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para resolver el caso de los más de 700 rehenes secuestrados por rebeldes chechenos en un teatro de Moscú.
Soldados rusos usaron un gas para someter a los rebeldes chechenos y aunque esto sirvió para doblegar a los secuestradores, perdieron la vida 115 de los civiles retenidos durante tres días en el teatro en Moscú.
"El presidente está muy seguro de que la responsabilidad de esto recae en los terroristas, quienes tomaron a esa gente como rehenes y los pusieron en peligro", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
La administración del presidente George W. Bush ha rechazado hacer cualquier tipo de crítica al gobierno de Putin, acto que los analistas políticos de Washington consideran como una acción deliberada para obtener el respaldo de Rusia en el caso de Iraq.
Rusia es uno de los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que junto con Francia y China se oponen a la propuesta de Estados Unidos y Gran Bretaña, de amenazar a Iraq con un ataque militar si no se desarma.
Bush quiere que a más tardar la próxima semana se apruebe en el Consejo de Seguridad una resolución que autorice el regreso de inspectores de armas a Iraq, pero que a la vez amenace al presidente Saddam Hussein con un ataque ante cualquier violación del mandato.
"Todavía no tenemos información sobre la exacta naturaleza del gas que fue usado, nuestra embajada en Moscú está trabajando para obtenerla... El presidente (Bush) rechaza la pérdida de vidas en esta instancia", insistió el vocero de la Casa Blanca.
La Casa Blanca sostiene que aunque hubo conversaciones entre Bush y Putin por el caso de los rehenes, el mandatario ruso nunca indicó qué tipo de medidas tomarían para acabar con la crisis y mucho menos que usarían un gas.
"El presidente entiende que en estas circunstancias se tienen terroristas que han demostrado su determinación de matar, que además ya habían asesinado y amenazaban a los 700 rehenes... Lo considera también como un asunto trágico", añadió Fleischer.