Han pasado más de seis meses y nada se sabe de los presuntos autores de la muerte de Obdulia Josefina Walls
RECORDAR ES VIVIR....
TORREÓN, COAH.- Estancadas se encuentran las investigaciones sobre el homicidio de Obdulia Josefina Walss Rodríguez, quien fuera encontrada 48 horas después de su muerte en el interior de su vivienda, con 13 puñaladas en la espalda e incluso con el arma que la victimaron clavada hasta la mitad.
Más de seis meses han transcurrido desde que el cuerpo de la infortunada mujer, de 61 años de edad, que vivía sola en el domicilio ubicado en avenida Abasolo No. 2248-B oriente, fue encontrado por vecinos y compañeros de un grupo de Tai-Chi, al que la occisa frecuentaba. Llevaba más de 48 horas de muerta.
Fue el 12 de junio del año en curso, aproximadamente a las 20:40 horas cuando las personas que descubrieron el cadáver que ya mostraba signos de descomposición, dieron aviso al Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal.
Obdulia Josefina, miembro de conocida familia de la localidad, se encontró en el interior de su recámara, a un lado de la cama, con las manos atadas por atrás además de cubierta la boca. En la parte baja de la espalda sobresalía la empuñadura del cuchillo de cocina con el que fue victimada. Lo tenía clavado hasta la mitad.
En las primeras investigaciones se dijo que fueron cuatro las puñaladas que le dieron, pero más tarde, cuando se le practicó la necropsia de ley, se confirmó que fueron 13 las heridas penetrantes que le quitaron la vida a la solitaria mujer.
Ese mismo estudio arrojó que todas las lesiones fueron penetrantes y se agrupaban en la región lumbar, también conocida como espalda baja, donde además se descubrió el cuerpo de la sexagenaria con el cuchillo con que fue victimada. El arma fue tomada del interior del mismo domicilio donde se cometió el crimen y la hoja mide aproximadamente unos 30 centímetros de longitud.
En su momento, Gerardo Villavicencio Valdés, titular de la Coordinación “B” de Homicidios, dijo que “el crimen fue cometido con mucha saña y de antemano se descarta que haya sido circunstancial, más bien fue intencional porque al asesino no le importó que estuviera con la boca cubierta y con las manos atadas a la espalda”.
De igual forma, se descartó el robo como móvil, pues en el interior de la vivienda había numerosos objetos de valor, así como joyas y dinero en efectivo. Además, no se observaron huellas de violencia en cerraduras de puertas ni ventanas, por lo que existe la certeza que la víctima conocía a su verdugo.
Días antes...
Obdulia Josefina Walss Rodríguez, fue vista por última vez por sus hijos Rodolfo Armando Luna Walss y Luz Aurora, de los mismos apellidos el domingo 9 de junio de este año, como a las 19:00 ó 20:00 horas.
De igual forma, una de sus vecinas, con domicilio en la misma arteria pero en la finca marcada con el número 2238 oriente, platicó con Obdulia el lunes 10 por la mañana y ya no supo más de ella hasta cuando se hizo el macabro hallazgo el miércoles 12.
La occisa vivía sola y frecuentemente era visitada por sus hijos, quienes le llevaban lo necesario para que no tuviera necesidad de salir a comprar la despensa al supermercado.
Notoria desaparición
Cuando sus vecinos y compañeros del grupo de Tai-Chi no tuvieron noticias de Obdulia Josefina, acudieron a su domicilio donde de manera insistente estuvieron tocando a la puerta, sin tener respuesta de por medio.
Sospechando que algo malo estuviera pasando, algunas vecinas solicitaron la presencia de un cerrajero para que abriera la puerta y fue cuando hicieron el macabro hallazgo del cuerpo de su amiga, que comenzaba a descomponerse, luego que ya había pasado tiempo desde su muerte.
La agencia del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, Mesa Dos a cargo de Fernando Ruiz Castañeda y María del Socorro Ramírez García, recibieron el reporte del cadáver poco antes de las 21:00 horas del miércoles 12 de junio del año en curso, por lo que de inmediato se constituyeron en el lugar de los hechos.
El cuerpo de la víctima fue encontrado en medio de un charco de sangre ya coagulado, al pie de su cama en la recámara principal, cubierta de la boca y con las manos atadas a la espalda, de donde sobresalía el arma homicida todavía clavada hasta la mitad, en la región lumbar o espalda baja. La infortunada mujer vestía una blusa holgada y un short.
Sin pistas
Tras haber declarado a miembros de toda la familia e incluso vecinos y amigos, hasta el momento el Ministerio Público no cuenta con ninguna pista que pudiera dar con la identidad del presunto responsable de este crimen que conmocionó a la sociedad en su momento, por la saña con que fue realizado.