Reuters
BUENOS AIRES, Argentina.- El gobierno ratificó ayer que no pagará al Banco Mundial un inminente vencimiento de 726 millones de dólares y además responsabilizó al FMI de ser “tan responsable como la Argentina” por la crítica situación socioeconómica por la que atraviesa el país.
El jefe de Gabinete Alfredo Atanasof dijo que “no hay mala voluntad” del gobierno hacia los organismos internacionales, pero aclaró que no se pagarán vencimientos “sin una certeza absoluta de que vamos a firmar un acuerdo razonable” con el Fondo Monetario Internacional.
“Pedimos el acuerdo para seguir pagando”, subrayó Atanasof en una reunión con la prensa en la Casa de Gobierno.
Luego puntualizó que “nosotros no decimos que la culpa de los males sería del Fondo, sería una locura” (decirlo). Lo que nosotros decimos, es que la burocracia del Fondo ha impulsado también las políticas que nos llevaron a esta situación”.
“Y eso no se puede ignorar”, agregó el funcionario, un día después de conocida la posición del gobierno de declararse en cesación de pago con el Banco Mundial, al que debía cancelarle 726 millones de dólares antes del próximo sábado.
Por su parte, el ministro de Economía Roberto Lavagna destacó que la Argentina pagará sus deudas cuando “haya certeza de un acuerdo con el FMI, ya que no podemos poner en riesgo las reservas”.
“Así como no hay plazos para el acuerdo con el Fondo, tampoco hay fechas ni plazo para los pagos de la deuda”, agregó Lavagna al diario Clarín de ayer
Argentina se enfrentará el mes próximo con otro vencimiento, esta vez por 1.100 millones de dólares con el FMI, por un préstamo que había sido prorrogado en enero pasado, días después de la renuncia del ex presidente Fernando de la Rúa en medio de una gran convulsión social.
Con la decisión de no pagar, el actual gobierno del presidente Eduardo Duhalde puso en riesgo el financiamiento de planes sociales, debido a la caída de desembolsos pendientes.
El Banco Mundial dijo que podría penalizar a la Argentina con el congelamiento de todos los programas vigentes, que en total alcanzan a cerca de 2.800 millones de dólares.
El gobierno no parece conmovido por esta advertencia. El propio Atanasof ha dicho que el país apelará a fondos propios para que los programas sociales sigan en marcha.
Aunque a fines de diciembre de 2001 Argentina declaró el cese de pagos de su deuda externa de 140.000 millones de dólares, hasta ahora solo había incumplido las obligaciones con los acreedores privados, pero sí había erogado los vencimientos con los organismos internacionales. La Argentina está sumida en la peor crisis social y económica de la que se tenga memoria.