AP
Cabo Cañaveral, Florida, EU.- Astronautas trabajaban ayer en la plomería exterior de la base espacial internacional, al caminar en el espacio y enganchar nuevas líneas de aire acondicionado, así como abrazaderas para evitar acumulaciones de presión.
Fue la segunda caminata espacial en tres días para David Wolf y Piers Sellers, que llegaron a la base internacional a bordo del transbordador espacial Atlantis.
Los astronautas encontraron de inmediato uniones rígidas en algunos de los tubos más viejos de la estación espacial, que contenían amoníaco como enfriador y que era peor, esas área eran de acceso difícil.
Sin embargo, con sus brazos largos, Sellers logró abrir las uniones ligeramente y les instaló las abrazaderas diseñadas especialmente para liberar presiones.
“Es muy posible que usted sea la única persona en la oficina de los astronautas que pudo haber llevado a cabo esa tarea”, le dijo a Sellers Pamela Melroy, desde el interior del complejo orbital.
“Soy el segundo astronauta con los brazos más largos”, dijo Piers Sellers. “El otro es un primate de seguro”.
La NASA diseñó las abrazaderas después de que algunas pruebas en Tierra descubrieron un problema potencial de acumulación de presión en las líneas de amoníaco del nuevo brazo robot que tuvo un costo de 390 millones de dólares y que fue entregado la semana pasada por el Atlantis.
Lo equipos antiguos, que ya estaban en órbita, también mostraron uniones vulnerables.
Los ingenieros temían que si había una fuga de amoníaco al interior de las uniones y se acumulaba la presión, la tubería podría doblarse y romperse si se necesitaba reemplazar un componente en el futuro. Por ello se fabricaron las abrazaderas para evitar un incremento en la presión y fue tarea de Wolf y Seller de instalar unas 30 abrazaderas el sábado.
Wolf logró instalar su primera abrazadera después de liberar algo de presión. “Sentí que (la tubería) eructó”, señaló Wolf.
Sellers tuvo más dificultades: “necesitaba realmente una tercera mano”, señaló.
En total, se necesitan instalar unas 100 abrazaderas, pero esta labor deberá ser dividida en tres misiones de transbordador.
Además de esas reparaciones, Wolf y Sellers también conectaron las líneas del sistema de enfriamiento para el brazo robot, de 13 toneladas métricas de peso, y que emplea tres radiadores y dos tanques de amoníaco.