TORREÓN, COAH.- Durante el período de lluvias se incrementan los casos de alergia respiratoria por la reproducción de los ácaros que se acumulan y viven en el polvo de los muñecos de peluche, cortinas, cobertores gruesos y almohadas de plumas, informó José Ignacio González Guardiola, jefe de Servicios Médicos de la Delegación Estatal del IMSS.
Los ácaros, explicó, son animales microscópicos que viven en las habitaciones y se alimentan de las escamas de la piel humana, provocan rinitis alérgica que en el 60 por ciento de los casos desencadenan en asma.
Con frecuencia, dijo, las alergias pueden pasar desapercibidas o bien confundirse y tratarse como simple gripe o infección respiratoria, ya que sus principales manifestaciones son catarros frecuentes, ojos llorosos, secreción de moco, estornudos, fiebre y tos después de hacer ejercicio o reírse.
Las molestias de una verdadera gripe, explicó, desaparecen en el transcurso de tres a cinco días, mientras que de tratarse de una alergia, la sintomatología es persistente, incluso puede estar latente y reactivarse ante la presencia del ácaro o el alérgeno.
Las alergias, resaltó, tienen antecedente familiar, pues el riesgo de padecerlas se incrementa en 30 por ciento si uno de los padres es alérgico y hasta en 50 por ciento cuando la padecen ambos progenitores. Los picos de mayor incidencia se presentan entre los tres a los doce años de edad y en los adultos de los 20 a los 35 años.
Explicó que las alergias son reacciones anormales, una “respuesta exagerada” del sistema inmunitario ante la exposición de un agente, en este caso del medio ambiente. Entre los alérgenos más frecuentes además del ácaro, están el polen, las hierbas, pelo de los animales y algunos alimentos o medicamentos.
Agregó finalmente que los ácaros del polvo no se pueden erradicar pero sí controlar mediante adecuadas medidas higiénicas, como el cambio de sábanas y fundas por lo menos una vez a la semana, no usar almohadas de plumas y mantener los muebles limpios de polvo con un trapo húmedo, nunca con plumeros, pues sólo cambian los bichos de lugar.