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México, D.F.-En México están dadas las condiciones para mejorar el sistema educativo, aunque para ello se requiere el apoyo y la confianza de la sociedad en los programas iniciados en la actual administración orientados a ese fin, señaló el subsecretario de Educación Básica y Normal de la SEP, Lorenzo Gómez Morín.
El funcionario destacó que actualmente se registra en el país una cobertura de 96 por ciento en nivel primaria, de 80 por ciento en preescolar y de 85.6 por ciento en secundaria, lo que demuestra, dijo, que “el sistema de educación básica nacional se fortalece y avanza”.
Hizo énfasis en el esfuerzo del Gobierno Federal para eliminar rezagos y lograr la equidad educativa y la permanencia de los alumnos y confió en que “una vez que las escuelas y la sociedad vean todas las bondades de los programas puestos en marcha y se recupere la confianza en el director, el maestro y en el sistema educativo del país, en esa misma medida se avanzará con más rapidez”.
“Los cambios en las escuelas se están dando. Es una realidad, ya no es un sueño”, apuntó, aunque insistió en que para continuar en esa ruta se requiere que los citados actores se involucren a fondo en la labor que a cada uno les corresponde “para formar mejores niños que trabajen de manera solidaria y justa por una sociedad más humana”.
Milagros educativos no existen
Gómez Morín estableció que “los milagros educativos no existen”, sin embargo, se mostró optimista de que a corto plazo y con apoyo de los programas Escuelas de Calidad y Bibliotecas de Aula y Escolares, entre otros, será posible no sólo alcanzar la cobertura requerida sino también incrementar el aprovechamiento de los alumnos de preescolar, primaria y secundaria.
Ello con el propósito de que cada uno de los niños, niñas y jóvenes de nivel básico “aprendan lo que tienen que aprender y cuando lo deban de aprender y, sobre todo, que los haga felices”, mencionó.
Estableció que a un año de haber sido puesto en marcha el Programa Escuelas de Calidad (PEC), cuyo objetivo es garantizar la igualdad de oportunidades para el logro de aprendizajes de todos los alumnos, independientemente de su origen social, étnico o del ambiente familiar del que proceden, se tienen resultados positivos.
“Después de un año de operación ya tenemos evidencias claras de que cuando las escuelas transforman su forma de trabajo interno y el director adquiere ese liderazgo académico, los padres de familia se involucran y cuando se combina con programa de lectura, el brinco es cualitativo en términos de aprendizaje de los niños”, dijo.
Agregó que ya se tienen las primeras evidencias de que el proyecto está funcionando, iniciamos el año pasado en dos mil 300 escuelas y este año esperamos que sean más de diez mil las que se incorporen al programa.
Proyecto de financiamiento
Aclaró al respecto que este último no es un programa de mantenimiento de escuela o de dotación de equipamiento, es un proyecto de financiamiento para transformación de la gestión escolar.
El subsecretario de la SEP anotó que ese proyecto ha tenido excelente recepción y aclaró que se le ha dado prioridad a las escuelas marginadas con rezago e indígenas, al tiempo que anunció que el próximo año se estarán incorporando a él secundarias generales y preescolares.
Lamentó que por falta de recursos no se hayan podido agregar a más escuelas, aunque resaltó el interés de algunas de ellas que participan, pese a la escasez de recursos participan.
Con ese programa, explicó Gómez Morín, todos, en general, padres familia, maestros, directores, trabajadores, autoridades “se apropian de la escuela, la escuela se convierte en escuela de ellos, es su escuela, en su proyecto, en el futuro de sus niños”.
Eso, recalcó, “hace pública la educación pública, pues cuando las escuelas pertenecen a la comunidad, en ese momento empieza a tener pertinencia y mejora el futuro de los niños”.
El subsecretario de Educación Básica y Normal de la SEP abundó que el programa en cuestión se quintuplicó de 2001 a 2002, por lo que planteó la conveniencia de que una vez que las escuelas y la sociedad vean las bondades y logros de ese proyecto se convierta en una política nacional y de Estado.
“Nosotros -anotó- esperamos que al ritmo de crecimiento al que vamos, podamos incorporar cuando menos unas 35 mil escuelas al término del sexenio. Todo va a depender de la disponibilidad de recursos económicos que se tengamos y la capacidad de organización y respuesta”.
Alcances de los programas
En cuanto a los alcances de los programas Bibliotecas de Aula y Escolares, sostuvo que las competencias comunicativas, básicas y particularmente, las lectoras, constituyen uno de los aprendizajes más significativos que los niños requieren no sólo para su educación básica, sino también para su educación de toda la vida.
Recordó que los resultados en competencias de comprensión de lectura tanto a nivel nacional como internacional en los que ha participado México “no son halagadores”, por lo que se decidió emprender un gran proyecto nacional en el que la lectura fuera la prioridad numero uno del currículum de educación básica.
Explicó que se inició una serie de estrategias de fomento a la lectura para acercar a los niños y niñas a ese hábito a fin de formarlos como “lectores autónomos”, para lo cual uno de los requisitos primordiales es tener libros cerca, pero adecuados a las competencias lectoras y dependiendo del trabajo escolar.
Tienen que ser libros atractivos llamativos, ilustrativos, para despertarles el interés por la lectura, “una lectura por placer, por gusto”, dijo Gómez Morín.
Las bibliotecas de aula puestas en marcha hace unas semanas, combinadas con las escolares, forman parte de esa estrategia, anotó y puntualizó que este año 782 mil aulas del país tienen ya su biblioteca escolar, con un promedio inicial de 30 títulos por salón de clase.
“Se busca con ello que el niño esté cerca de la lectura de todo género literario, cuento, poesía, teatro, novelas, pero también de géneros informativos, materiales de referencia que son importantísimos para complementar su formación y ampliar su base cultural”, comentó.
El funcionario auguró que con acciones como ésas y con la participación de todos los sectores, México no sólo habrá de lograr cerrar la brecha en la enseñanza entre las escuelas más pobres y marginadas y las mejores, sino que en cada una de ellas se imparta una educación de calidad.