EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Avatares del “Pemexgate”/Hora Cero

Roberto Orozco Melo

Los coahuilenses somos seres políticos por tradición y por responsabilidad, así que nos interesa el quehacer y destino de quienes ayer nos gobernaron. No pueden sernos indiferentes, ya que tuvimos noticia de ellos durante los dos mil días de cada sexenio. Sus nombres, rostros, personalidades, capacidades, conductas y caracteres se integraron, indelebles, al recuerdo comunitario; como sucederá sin duda con los actuales dirigentes políticos, partes importantes de nuestro ente colectivo y líderes memorables; aunque, en el futuro, cada ciudadano los evoque según la opinión que les hayan merecido sus respectivos desempeños gubernamentales.

Hemos seguido con interés el llamado “Pemex-gate”, pochismo con que los periódicos designan al escándalo político suscitado en la empresa petrolera nacional, en el cual se acusó al ex gobernador de Coahuila y luego director general de Pemex, Rogelio Montemayor Seguy, por presuntos delitos federales de orden patrimonial. Aquí mismo señalamos, por lo menos en dos ocasiones, que las denuncias del contralor federal, Francisco Barrio, tenían toda la facha de constituir un asunto de trasfondo electorero, vistos los comicios coahuilenses que concluirán el próximo 29 de este mes; y las elecciones federales del año siguiente, de gran importancia para el partido en el poder, ya que se juega la nueva integración de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, hoy paralizada pues ninguno de los tres más importantes partidos nacionales representados en ella, mucho menos los pequeñines, aportan votos legislativos suficientes para aprobar, por sí mismos, las reformas estructurales que demanda la nueva sociedad nacional, según dice el gobierno.

Antier flasharon —valga el anglicismo­­ las computadores de los periódicos pues los servicios de noticias enviaron una declaración de la Auditoría Superior de la Federación, organismo que depende y reporta a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, por la cual se exoneró al ex director general de Petróleos Mexicanos, de tener responsabilidad en los ilícitos por los que había sido públicamente acusado, al destacar que éste poseía “las atribuciones legales para suscribir los convenios que derivaron en transferencias de recursos de esa empresa al sindicato petrolero”.

La noticia dada a los medios de comunicación por el titular de la Auditoría Superior de la Federación, Arturo González de Aragón, fue envuelta en el taco informativo aderezado especialmente para la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados con febles responsabilidades contra los directores corporativos de Finanzas y Administración por firmar un convenio el 8 de mayo del año 2000, 24 horas antes de haber sido designados como tales. Sin embargo, el guiso principal y abundante fue sazonado con millonarias anomalías de la administración de Ernesto Zedillo, sobre las cuáles se hicieron 3,334 observaciones después de haberse levantado 312 auditorías. Las pérdidas fiscales podrían ascender, dijo González de Aragón, a la cantidad de 29 mil 975 millones de pesos.

Lo importante del dictamen de la Auditoría Superior de la Federación es el reconocimiento expreso de que el ex director general de Petróleos Mexicanos, Rogelio Montemayor Seguy, estaba autorizado para convenir y firmar las concertaciones que derivaron en la transferencia de recursos desde la empresa hacia el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y, por lo tanto, resulta inimputable de algún delito con ese motivo. Lo que la directiva sindical haya hecho con los tales recursos seguramente tendrá que explicarlo el secretario general, Carlos Romero Deschamps...

Quienes ayer debieron estar preocupados por la forma en que tendrán que dar reversa en este asunto, y cómo absolver la instancia ante la opinión pública por insuficiencia de la prueba, son los señores Barrio y Macedo de la Concha, titulares de la Contraloría Federal y de la Procuraduría General de Justicia del país; pero no van a gastar mucho seso en ello. Podrán decir que fue justicia pura, aunque nadie se los va a creer. Fuenteovejuna, suspicaz y desconfiada, habrá maquilado su propia idea sobre las causas, motivos y razones de esta sorpresiva declaración del máximo órgano de la Auditoría federal.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1796

elsiglo.mx