TORREÓN, COAH.- La atención especializada en el Centro de Integración Juvenil disminuye hasta en un 50 por ciento en diciembre, la razón: los pacientes no acuden a su tratamiento. Sin embargo en enero se incrementa considerablemente el número de adictos que recibe esta institución a consecuencia de la “resaca”.
Beatriz Montemayor González, directora del Centro de Integración Juvenil, informó que en diciembre se espera una disminución de hasta un 50 por ciento en la institución: “al contrario de muchas instituciones como las corporaciones policíacas, nosotros casi no tenemos trabajo en la temporada navideña”.
A decir de Montemayor González los pacientes en diciembre hacen a un lado su tratamiento para disfrutar plenamente la época navideña, el problema es que en esta temporada se dispara el consumo de alcohol y drogas en los jóvenes.
“Es por eso que en enero recibimos más gente, como parte de la resaca o de las intenciones de año nuevo de modificar su conducta, pero en diciembre se incrementa considerablemente el consumo de cualquier tipo de drogas”.
Las sustancias, dijo, socialmente aceptadas como alcohol y tabaco, siempre están presentes en una fiesta, luego los jóvenes cuando ya no se sienten satisfechos buscan drogas como cocaína y heroína”.
Beatriz Montemayor González exhortó a los padres de familia a vigilar muy bien a sus hijos en esta temporada para evitar accidentes fatales relacionados con el consumo de alcohol y drogas: “Siempre hay que estar muy al pendiente de ellos y vigilarlos”.
Los padres de familia, dijo, no deben dar malos ejemplos a los jóvenes, es decir, evitar consumir alcohol frente a ellos, pues la única manera de exigir en los hijos ciertos comportamientos es poner la muestra.
“Si por alguna razón ya tenemos algún problema como padres de familia, deben acudir a las instituciones para buscar ayuda, deben estar dispuestos a hacer lo que sea con tal de que los hijos no caigan en las garras de la drogadicción”.
La comunicación, dijo, es importante para conocer los problemas o conflictos de los jóvenes: “hay que vigilarlos mucho, ver en qué condiciones llegan a la casa y si por alguna razón sospechan de que están consumiendo drogas lo menos recomendable es regañarlos o golpearlos, hay que ofrecerles ayuda”.