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Balance positivo

Xavier Massimi

En los últimos meses se han abierto 248 nuevas maquiladoras, con lo que el sector se ha recuperado. Se habían cerrado 250 entre 2001 y 2002. De las nuevas empresas el 34% son industrias de textiles o de confección de ropa y el 20 % de artículos eléctricos y electrónicos.

El Gobierno está aplicando un nuevo plan. Se pretende que al dar mayores facilidades y seguridad a las empresas, México sea atractivo para que vengan a instalarse en el país. Se ofrece considerarles como no definitivamente establecidas hasta el 2007 para evitar la doble tributación, en México y Estados Unidos y se está negociando la aplicación del IVA. Se pretende que para fines del sexenio haya el doble de empresas maquiladoras, que den trabajo a un millón de trabajadores más sobre el millón que en este momento ya trabajan en este sector.

Por otra parte, se intenta aumentar en forma importante el uso de materias primas y de partes de origen nacional que hasta ahora han tenido una participación insignificante: el 3.7%.

Un buen ejemplo en este sentido, es el de la industria electrónica que en este momento vende 46 mil millones al año, lo que representa el 30% de las exportaciones, el 5.8% del Producto Interno Bruto y el 9% de empleos. El proyecto es que para el año 2010 sea una industria de 80 mil millones anuales, para estar entre las cinco primeras del mundo y la primera en producción de programas en español.

La línea entre la industria maquiladora y la industria manufacturera no es muy clara. May Tag, una de las fábricas de refrigeradores más grandes del mundo, en julio del año pasado abrió una ensambladora en Reynosa, una segunda en julio de este año y está construyendo una tercera planta para abrirla a principios del 2003. Pero al mismo tiempo, cierra su fábrica en Illinois, porque en el mercado americano ya no es competitivo fabricar refrigeradores”, lo que quiere decir que de ensambladoras ( y por lo tanto maquiladoras), las instalaciones de Reynosa se convertirán en plantas de fabricación.

La fábrica de amortiguadores BOGE, con una inversión de 27 millones de dólares acaba de abrir su segunda planta en el corredor industrial de Jalisco, con lo que su capacidad de producción pasa de diez a catorce millones de unidades por año, pero el compromiso que tiene con sus clientes: General Motors, Daimler Chrysler, Ford Nissan, Volvo, Volkswagen y Yamaha, le exige tecnología de punta. En los últimos tres años se ha invertido en ingeniería e investigación 58 millones de dólares y prevé invertir 38 millones más en 2003 y 2004.

En septiembre hubo una disminución en la venta de automóviles comparando con las ventas del mismo mes del año pasado, pero considerando todo el año, el crecimiento de la industria automotriz, hasta ahora es el 6.7% y los distribuidores tienen la certeza de que el cierre del año les será favorable.

Por una serie de disposiciones legales, Pemex paga al gobierno como impuestos el 70 % de sus ingresos. Este único contribuyente cubre el 40 % de toda la recaudación fiscal del país.

El gobierno está preparando un cambio radical. Se trata de que Pemex tenga autonomía financiera y que pague sus impuestos como cualquier empresa.

Esto permitiría que Pemex tuviera recursos suficientes para dar el mantenimiento necesario a todas las instalaciones, para hacer la exploración para mantener el nivel de reservas (por falta de exploración las reservas bajan peligrosamente), hacer las inversiones mayores: ductos, refinerías etc. Como lo hacen todas las grandes compañías petroleras del mundo.

El problema se desplazaría hacia el resto de las finanzas públicas: quitando el 40% al presupuesto nacional, que ahora cubre Pemex, el país no podría funcionar.

La solución está en hacer el cambio gradual. Generando las finanzas de Pemex y teniendo la paraestatal recursos propios para crecer, en la medida en que aumentaran sus números negros y sus ganancias, pagaría cada vez más impuestos a hacienda. Al mismo tiempo, con una política de extensión de la base tributaria, crecerían los recursos de Hacienda.

No se trata de disminuir la recaudación, sino de mantenerla y hacerla crecer en forma sana.

De acuerdo con el proyecto, Pemex podría tener una doble tributación: los impuestos normales como empresa y un subsidio para cubrir el faltante de Hacienda.

Según los expertos esto exigiría una gran atención a los precios del petróleo, a la eficiencia en el manejo del presupuesto y a una gran exigencia de productividad y de manejo de las finanzas de Pemex.

Un proyecto de esta magnitud requiere años (como el deterioro de las finanzas públicas y el cargo a Pemex de los pasivos fiscales se fue haciendo cada vez más grande al correr de los años). Pero es urgente.

Por ejemplo, si no se producen en México, en los próximos cinco años los petroquímicos que exige la industria del país, su importación masiva costará al país, más de lo que obtengamos entonces por la venta de petróleo crudo.

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