Reuters
Brasilia, Brasil.- El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, dijo ayer que el organismo está dispuesto a acelerar la ayuda a Brasil y que podría entregarle hasta 10,000 millones de dólares en los próximos tres años, pero señaló que quiere ver prudencia por parte del presidente electo del país.
Wolfensohn, quien realiza una gira en América Latina, dijo que se encuentra ?extremadamente impresionado? por Luis Inácio Lula da Silva, el líder izquierdista que ganó las elecciones de octubre y que asumirá la presidencia de Brasil en enero.
?Hemos acordado que vamos a seguir trabajando juntos con un espíritu de sociedad?, dijo el presidente del organismo multilateral de crédito después de sostener sus primeras conversaciones con Lula.
Cuando se le preguntó si el organismo multilateral está dispuesto a aumentar los desembolsos, Wolfensohn respondió: ?Absolutamente sí, si eso es lo que al presidente le gustaría. Puedo asegurarles que estamos dispuestos a ser rápidos y a brindar un gran respaldo?.
Al ser consultado sobre la cantidad de fondos que el país podría recibir, Wolfensohn dijo: ?Hemos estado hablando de entre 6,000 millones y 10,000 millones durante los próximos tres años?.
Sin embargo, precisó que en su reunión de ayer con Lula no se habló de números.
Wolfensohn dijo que el Banco Mundial tiene entre 6,000 y 10,000 millones de dólares disponibles para gastar en Brasil después de un análisis técnico sobre el presupuesto para el país y sobre cuánto ha sido prestado y pagado hasta ahora.
Los mercados financieros del país bajaron fuertemente este año a lo largo del proceso electoral, debido al temor de que Lula ganara para luego alejar al país de las reformas de libre mercado adoptadas por el gobierno del presidente saliente, Fernando Henrique Cardoso.
Pero Lula y su partido político han dado señales de que adoptarán medidas económicas prudentes, lo cual ha reanimado los precios de los valores brasileños en las últimas semanas.
La deuda pública de Brasil suma 260,000 millones de dólares y Lula, un ex dirigente sindical, necesita actuar con mucho cuidado para no romper la frágil fe que los mercados comienzan a tener en él.
Pero Wolfensohn dijo que ahora ve las cosas con mucha más calma. ?Después de esta mañana, me siento mucho más cómodo de lo que estaba una semana antes de los resultados electorales?, dijo.
Wolfensohn celebró lo que dijo era el compromiso de Lula con el progreso social y la responsabilidad financiera. El próximo presidente ha prometido luchar contra el hambre en el país, de 170 millones de habitantes, en el que según cifras del Banco Mundial, 37 millones de personas viven con 22 dólares al mes. Otros cálculos muestran que 50 millones viven en pobreza extrema. Al preguntársele lo que Lula debe hacer para seguir recibiendo ayuda del Banco Mundial, Wolfensohn dijo: ?No estamos hablando sobre demandas radicales, estamos hablando de un comportamiento prudente normal?. ?Si él tiene un comportamiento prudente normal asociado con esta visión extraordinaria para el país, entonces esto podría ser uno de los períodos más emocionantes para Brasil?, dijo.