GÓMEZ PALACIO, DGO.- Para los agricultores el programa de Blindaje Agroalimentario sólo es una “aspirina” más para el sector, y fincan todas sus esperanzas en que el Congreso de la Unión apruebe la iniciativa de Ley de Energía para el Campo, como la única alternativa que los hará salir del estancamiento.
Ángel Rodríguez Shade, presidente de la Asociación de Agricultores de la Región Lagunera del Estado de Durango, dijo que sin embargo, si no se aprueba la citada Ley, el sector agrícola en nuestro país estará condenado a desaparecer y el Gobierno Federal a generalizar la importación de todos los productos alimenticios.
A partir de 2003, dijo, los productores agrícolas mexicanos enfrentarán condiciones más difíciles aún para competir con los estadounidenses y canadienses, al entrar en vigor el Tratado de Libre Comercio y abrirse las fronteras para la comercialización de alimentos.
La enorme diferencia, dijo, es que los agricultores de ambos países reciben enormes subsidios de su gobierno, pues tan sólo en el caso de los Estados Unidos se proporcionan cerca de 180 mil millones de dólares anuales para apoyar la producción agrícola y pecuaria; en México estos estímulos no alcanzan los 3 mil millones de pesos.
Ello propiciará la desaparición de algunas ramas de la producción agrícola, como ya ocurrió con la viticultura y podría afectar incluso a la producción lechera de la región.
Resaltó que los apoyos otorgados por el Gobierno Federal han sido insuficientes, mediante programas como el de Alianza para el Campo o el Procampo que están llenos de burocratismos y llegan a manos de los productores casi al finalizar los ciclos de cultivo.
Hasta ahora, dijo, los agricultores desconocen el contenido del programa de Blindaje Agroalimentario, sus mecanismos de aplicación, el monto de los apoyos y cuándo se harán realmente efectivos, por lo que sólo les ha representado una “aspirina” que no ayudará en nada a superar las difíciles condiciones que enfrentan a consecuencia de la crisis económica y la recurrente sequía en el norte del país durante los últimos diez años.
A ese respecto, dijo que tampoco han tenido la oportunidad de reunirse con el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, desde que fuera de toda realidad el funcionario afirmó que no había condiciones de sequía en los Estados del norte de México.
Urgió a obtener una reacción de parte del Gobierno Federal para crear programas que realmente apoyen al sector, y de los legisladores para que aprueben la iniciativa de Ley de Energía para el Campo, que contempla la reducción de la tarifa de consumo de energía eléctrica de 34.40 a 14 centavos el kilowatt/hora; disminuir el costo del diesel a dos pesos, equivalente al valor que se le da en el vecino país del norte, así como los fertilizantes nacionales en un 50 por ciento.
Buscan frenar la Ley
Según el diputado federal por el Partido Acción Nacional, Francisco Raúl Ramírez Ávila, existe el ánimo de echar abajo la iniciativa de Ley de Energía para el Campo, contra lo cual se realiza una intensa labor de cabildeo para su aprobación en beneficio de los productores agrícolas de la Comarca Lagunera y del norte del país.
Miembro de la comisión de Energía de la Cámara de Diputados, el legislador manifestó que esa intención se refleja en la forma en la cual se conformó la comisión que se encarga de analizar la iniciativa, la cual está integrada por dos diputados del PAN, dos del PRI y uno del PRD.
De todos ellos, sólo el priísta Marco Antonio Dávila Montesinos de Coahuila, pertenece al norte del país y esto ha dificultado avanzar en el estudio de la iniciativa.
Aunque dijo no estar de cerca en las negociaciones, el panista refirió que se pretende realizar algunos cambios a la propuesta original, tales como la no reducción de la tarifa eléctrica hasta los 14 centavos por kilowatt/hora.
Resaltó que sin embargo, sería adelantar vísperas si en estos momentos se hace pública una aprobación o rechazó de la propuesta de Ley.