GÓMEZ PALACIO, DGO.- La Confederación Nacional Campesina de Gómez Palacio, apoyaría las gestiones para que el Municipio haga válidos los convenios celebrados en pasadas administraciones, y que los productores del sector social sigan disponiendo del agua residual o tratada para el riego de sus cultivos, dijo el dirigente de la organización, Antonio Leyva Sánchez.
Cuestionado respecto de la situación por la que atraviesan los campesinos de los ejidos Cuba, Emiliano Zapata y Aquiles Serdán de este municipio, a quienes desde hace una semana se les dejaron de proporcionar las aguas negras para riego con motivo del inicio de operaciones de la planta de tratamiento de aguas residuales, el dirigente cenecista dijo que la organización puede intervenir a petición de los afectados.
Los ejidatarios de Cuba y Emiliano Zapata celebraron convenios con administraciones municipales de años anteriores para ceder sus derechos de agua a cambio de que se les hicieran llegar las aguas residuales para el riego de la superficie cultivable; actualmente ya no se reconocen dichos convenios y desde la semana anterior se les cortó el suministro del agua, que ya es sometida a tratamiento con la operación de la planta.
La misma situación padecen los ejidatarios de Aquiles Serdán, a quienes se les suman los productores de ladrillo que también demandan seguir recibiendo el líquido aunque en su caso, existe un proyecto para hacerles llegar el agua mediante un sistema de conducción que costará alrededor de 300 mil pesos.
Leyva Sánchez dijo que los convenios datan desde hace varios años y por lo tanto, el Municipio debe tomarlos en cuenta para llegar a acuerdos a fin de proporcionarles agua tratada o hacerles llegar una parte del líquido residual de alguna forma, pues de lo contrario podría perderse la cosecha de forraje con la que habrán de obtener un ingreso al término del presente ciclo de cultivo.
Fuera de este conflicto, refirió, se espera que la operación de la planta traiga beneficios al medio rural, pues con ello debe propiciarse la desaparición de los cárcamos de rebombeo que se localizan en ejidos como Cuba o Las Huertas, donde las aguas negras permanecen a cielo abierto y provocan fétidos olores y una contaminación ambiental insoportable para las familias que habitan en dichos sectores.