AP
Kensington, Maryland, EU.- La búsqueda del francotirador tomó un giro inesperado la noche del miércoles cuando las autoridades volcaron su atención a Tacoma, a 3,700 kilómetros del lugar de los hechos.
Autoridades que intervienen en el caso allanaban una casa en Tacoma, dijo un agente de las fuerzas de seguridad en la capital del país, que habló bajo condición de anonimato. La fuente no reveló otros detalles.
El vocero del FBI en Seattle, Washington, confirmó que el FBI realizaba un allanamiento en Tacoma, pero se negó a responder preguntas.
Cámaras de televisión que filmaban desde helicópteros mostraban a los agentes recorriendo un patio con detectores de metales. Un objeto pesado fue sacado del lugar y cargado en un camión.
Chofer del autobús
El disparo que mató a un chofer de autobús el martes en los suburbios de Washington es del francotirador que ha matado a otras nueve personas en la zona las últimas tres semanas, afirmó la policía ayer.
El gobernador Parris Glendening dijo ayer que el estado piensa apostar tropas de la Guardia Nacional en los comicios si el francotirador no es atrapado antes del 5 de noviembre.
“Espero que esa persona sea llevada ante la justicia mucho antes del día de las elecciones”, dijo el gobernador.
Las pruebas balísticas y otras señas dejan claro que el ataque que mató el martes a Conrad Johnson, de 35 años, fue la más reciente arremetida del esquivo francotirador, dijo Michael Bouchard, agente de la Agencia Federal de Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.
En respuesta a las críticas de que los investigadores esperaron varios días antes de revelar la amenaza contra los niños hallada en uno de los mensajes del francotirador, Bouchard trató de asegurar a los vecinos que no se les ocultaba información importante.
“Todos somos padres y, por cierto, nos preocupa la seguridad de nuestros niños y nuestros compañeros de trabajo”, dijo. Añadió que si divulgara información “antes de que estuviéramos preparados, inhibiría nuestra capacidad para llevar a cabo la tarea que debemos realizar”. ayer miércoles a todos los testigos que se presentaran sin temor a tener problemas con su situación como inmigrantes, a pesar de la detención de dos hombres el lunes y su entrega a las autoridades federales para iniciar los trámites de deportación.
“Nos preocupa que algunas personas en la comunidad inmigrante no se presentaron”, dijo el jefe del grupo policial a cargo de perseguir al francotirador, Charles Moose. Dijo que la situación de los inmigrantes no es de incumbencia de esa unidad.
Entretanto, los padres temerosos llevaban a sus niños a las escuelas en medio de estrictas medidas de seguridad ayer, luego que la policía dijo haber recibido un espeluznante mensaje del francotirador: “Vuestros hijos no están seguros en ningún lugar, en ningún momento”.
Padres y autoridades escolares estaban “trastornados”, dijo Mark Edwards, director de escuelas del condado de Henrico, Virginia. Las escuelas del distrito reabrieron el miércoles después de dos días de inactividad, pero bajo estrictas medidas de seguridad y prohibición de salir a los patios.
“Mi hijo estaba bien, hasta que escuchó por la radio que los niños no están seguros en ningún momento ni lugar”, dijo Andy Wisecarver cuando llevaba a su hijo de 8 años a la escuela.
“Yo no tengo miedo al francotirador”, dijo Heather Willson, de 17 años, en la puerta de su escuela secundaria. “Ataca a la gente que está sola o de a dos y normalmente en espacios abiertos”.
Una de las víctimas fue un niño de 13 años.
Moose exhortó al francotirador a que reanude un diálogo que inició luego del asesinato del sábado.
“Es importante que hagamos esto sin que haya más lastimados”, dijo Moose el martes por la noche.