Washington.- Bush, en su primera conferencia de prensa tras los comicios que dieron al Partido Republicano el control político en Washington, dijo que "las elecciones se han acabado, pero la amenaza terrorista sigue siendo real".
El Presidente reiteró su deseo de trabajar con la derrotada oposición del Partido Demócrata y expresó la necesidad de reactivar la economía.
El actual Congreso vuelve la próxima semana para una sesión muy corta con la mayoría de sus antiguos miembros hasta Navidad, ya que la nueva composición no será efectiva hasta principios de enero.
Bush insistió en que en esta corta sesión, el Senado debe aprobar la creación del Departamento de Seguridad Nacional.
"Lo quiero hecho" antes de que concluya la sesión, afirmó el presidente, sobre este ministerio cuya creación está bloqueada por disputas entre demócratas y republicanos sobre la gestión del personal.
El presidente estadounidense atribuyó el éxito de los candidatos republicanos en las elecciones a que los votantes quieren que acaben las disputas partidistas en Washington "y que hagamos las cosas".
Bush mostró que Irak seguirá siendo uno de los principales asuntos, si no el que más, en política exterior, y confió en que el Consejo de Seguridad de la ONU votará mañana, viernes, un proyecto de resolución estadounidense sobre ese país.
"La inacción presenta más riesgos que la acción", insistió.
En política doméstica, Bush recalcó que otras prioridades son la aprobación del plan energético, el nombramiento de jueces federales (muchos de ellos bloqueados hasta ahora por la mayoría demócrata del Senado) y un sistema de copago de medicinas a jubilados.
Bush presiona a Irak.
Con el apoyo popular reflejado en la victoria histórica de su partido en las elecciones del martes, George W. Bush presionó hoy a la ONU para que vote una resolución sobre Irak y reiteró sus amenazas contra Sadam Husein.
El presidente de Estados Unidos aseguró en rueda de prensa que es optimista acerca de que el Consejo de Seguridad de la ONU vote mañana una nueva resolución que amenaza a Irak con "serias consecuencias" si no se desarma.
Bush describió la resolución presentada por Estados Unidos como "dura". "El elemento principal es que hay 'serias consecuencias'" si Irak no desmantela sus armas de destrucción masiva, declaró.
"Queremos una votación mañana, buscamos una votación mañana y nos acercamos a una votación mañana", declaró por su parte Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado.
Para ello, Bush conversó hoy por teléfono con los líderes de Rusia, Vladímir Putin, y Francia, Jacques Chirac, quienes tenían reticencias a aprobar una resolución que permitiese a Estados Unidos usar la fuerza contra Irak.
"El régimen de inspecciones tiene que ser nuevo, duro y diferente", dijo Bush.
El presidente reiteró sus amenazas al régimen de Sadam Husein. "Si tenemos que usar tropas para desarmarlo, Estados Unidos y algunos amigos actuarán rápidamente y con fuerza para hacerlo".
"El hombre es una amenaza. Es una amenaza por lo que ha hecho y es una amenaza porque negocia con Al Qaida", afirmó.
Bush advirtió a los generales de Irak de que "se les pedirá responsabilidad" por cómo tratan a sus propios ciudadanos y a sus vecinos.
Mientras tanto, los preparativos para una posible guerra con Irak continúan. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, presentó hoy un plan para administrar vacunas contra la viruela a 500.000 soldados, con prioridad para aquellos destinados en Oriente Medio.
Estados Unidos cree que Irak dispone de reservas ilegales del virus, junto con Rusia, Corea del Norte y Francia.
La Organización Mundial de la Salud declaró erradicada la viruela en 1980 y todas las muestras del virus causante de la enfermedad deberían haber sido destruidas, excepto las almacenadas en laboratorios estatales en Atlanta y Moscú.
Con el control de las dos cámaras del Congreso logrado en las elecciones del martes, Bush tendrá mayor facilidad para conseguir que se aprueben sus iniciativas, incluyendo las de política exterior.
La presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado volverá a quedar en manos del Partido Republicano cuando juren los nuevos legisladores en enero y será, con toda probabilidad, el senador Richard Lugar -un republicano más bien moderado- quien ocupe el cargo.
Por ejemplo, cuando Bush pidió al Congreso la autorización para atacar a Irak de forma unilateral, Lugar y el entonces presidente demócrata del Comité, Joseph Biden, presentaron una enmienda que ordena al gobernante a consultar a la ONU antes de actuar, aunque no le obliga a obtener la aprobación del organismo internacional.
A pesar de la derrota electoral sufrida por el Partido Demócrata en las elecciones del martes, no es probable que los demócratas retiren a Bush el apoyo a su política respecto a Irak.
El congresista Martin Frost, uno de los aspirantes a ser el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes tras la dimisión de Richard Gephardt, declaró que "el país está con el presidente" en temas de política exterior.
"En los distritos muy disputados donde los candidatos demócratas a la reelección ganaron por márgenes estrechos, casi todos ellos apoyaron al presidente en relación a Irak", dijo Frost.
EFE