Reuters
San Francisco.- El presidente George W. Bush logró ayer una suspensión de 80 días al cierre de 29 puertos de la costa oeste de Estados Unidos cuando un juez federal otorgó una orden para reanudar las labores y comenzar a adelantar los cargamentos atrasados de más de 200 barcos que esperaban cerca de las costas.
La Asociación Marítima del Pacífico, que representa a los patronos, dijo que los 29 puertos podría reabrir hoy por la tarde y unos 10,500 estibadores sindicalizados regresarán a sus trabajos tras la orden del gobierno.
En San Francisco, el juez de corte de distrito de Estados Unidos William Alsup dijo que el gobierno cumplió los requisitos para una interdicción para la reapertura de los puertos, emitió una orden temporal y fijó una audiencia para el 16 de octubre.
El magistrado rechazó argumentos del Sindicato Internacional de Almacenistas y Estibadores (ILWU) de que el gobierno de Bush y las compañías navieras estaban confabulados y no había necesidad para una interdicción. George W. Bush instruyó al Departamento de Justicia de Estados Unidos a buscar la orden judicial al amparo de la Ley Taft-Hartley de 1947 debido a que el cierre de los puertos podría ejercer ?un efecto devastador en la economía nacional?.
El presidente del sindicato, James Spinosa, dijo que el gremio acataría la orden ?lo mejor posible?, pero señaló que con el inmenso atraso, sus miembros ?trabajarían con seguridad?, una posible sugerencia de más lentitud en las labores.
Esto, sin embargo, colocaría al sindicato en peligro de desacato a la orden judicial. En el fallo de Alsup, las dos partes deben mantener las operaciones portuarias a un ritmo ?normal y razonable?, aunque el juez declinó decir quién podría determinar que esta condición se esté cumpliendo.
?Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él?, dijo el juez.
La disputa entre el sindicato y las compañías navieras surge de la introducción de nuevas tecnologías portuarias y el control del sindicato sobre los puestos de trabajo que podrían crear.