Reuters
Londres, Inglaterra.- El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo ayer que pedirá al Congreso que apoye un posible ataque a Iraq si fuera necesario, y advirtió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que si no se ocupa de ese país, Washington lo hará.
Mientras tanto, declarando que Iraq no cuenta con armas de exterminio masivo, el presidente iraquí Saddam Hussein envió un mensaje a la ONU acusando ayer a Estados Unidos de mentir para lanzar un ataque contra su país y controlar el petróleo en el Oriente Medio.
“El gobierno estadounidense quiere destruir a Iraq para controlar el petróleo del Oriente Medio, y consecuentemente controlar la política así como el petróleo y las políticas económicas de todo el mundo”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Iraq al leer un mensaje de Hussein en la ONU.
El discurso del primer ministro iraquí Naji Sabri atacó tanto a Estados Unidos como a Israel, del cual dijo se “convirtió en una voz conjunta” con la posición política de Washington.
“Atacando a Iraq, el gobierno de Estados Unidos está actuando en nombre del sionismo, que ha estado matando al heroico pueblo de Palestina, destruyendo sus propiedades, asesinando a sus hijos”, dijo en su mensaje leído ante la Asamblea General de la ONU, de 190 estados miembros.
Mientras Washington amenazó una vez más con una acción militar si Bagdad no elimina sus armas de exterminio masivo, los generales estadounidenses se reunieron en el Golfo y los diplomáticos dijeron que los inspectores de armas de la ONU necesitarían semanas para comenzar a trabajar en Iraq.
“El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe trabajar con Estados Unidos y Gran Bretaña y otros países interesados enviando un claro mensaje, de que esperamos que Saddam se desarme, y si la ONU no se ocupa del problema, Estados Unidos y algunos de sus amigos lo harán”, afirmó Bush.
Sin embargo, en Europa, Gran Bretaña y Francia, dos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, mantenían sus diferencias en cuanto al próximo paso que debería dar la ONU con Iraq, luego que Bagdad acordara el lunes permitir el regreso incondicional de los inspectores tras casi cuatro años.
Manteniendo su presión sobre Iraq para que cumpla con los pedidos de desarme o se enfrente a la amenaza de un ataque, altos mandos militares estadounidenses se reunieron en Kuwait para sostener dos días de reuniones ante el creciente movimiento de tropas en la región.
Estados Unidos acusa a Iraq de acumular armas de exterminio masivo, algo que Bagdad rechaza, e hizo público su deseo de ver un “cambio de régimen” en el país árabe presidido por el líder Saddam Hussein.
El general del ejército estadounidense Tommy Franks, quien está a cargo del Comando Central (CENTCOM) de las fuerzas de su país, llegó el jueves a Kuwait para dirigir las reuniones entre los altos mandos del propio ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, la Infantería de Marina y las fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos.
El CENTCOM cubre una amplia región, incluyendo el área del Golfo, rica en petróleo, y Afganistán.
Bush dijo a la prensa que una propuesta de resolución que enviará más tarde el jueves al Congreso buscará el apoyo de este cuerpo para el uso de la fuerza militar contra Bagdad si fuese necesario.
“Eso será parte de la resolución, la autorización del uso de la fuerza. Si uno quiere mantener la paz, uno tiene que tener la autorización para usar la fuerza”, dijo el mandatario.
Plataforma para lanzar
un posible ataque
Estados Unidos lleva varias semanas enviando equipo pesado y municiones a Kuwait para lo que, dijo, es parte de un programa de entrenamiento con participación alemana y checa, y tropas estadounidenses comenzaron este mes un ejercicio en el desierto.
Al igual que otros países de la región, Kuwait ha recibido tropas estadounidenses desde la Guerra del Golfo en 1990-91, que terminó con una ocupación iraquí de siete meses en el país vecino tras una invasión planeada por Saddam Hussein.
Franks viajó desde Doha, en Qatar, donde estuvo analizando con algunos líderes los planes para una presencia militar permanente de Estados Unidos en la pequeña nación del Golfo, dijeron funcionarios de ambos países.
Haciendo aumentar la especulación de que Qatar podría ser utilizado como plataforma de lanzamiento para un posible ataque contra Iraq, funcionarios dijeron que hasta 1,000 miembros adicionales de las fuerzas estadounidenses serían enviados allí para ampliar rápidamente la base militar norteamericana.
Otros países de la región árabe estaban claramente nerviosos con los últimos acontecimientos.
“Si se lleva a cabo una acción militar contra Iraq, incluso si Turquía no quiere sumarse a la misma, cuando ocurra Turquía va a ser afectada por la misma”, dijo el primer ministro turco, Bulent Ecevit, en una entrevista de televisión.
Turquía, país aliado de la OTAN que permite que aviones de combate estadounidenses y británicos utilicen sus bases para patrullar la zona de prohibición de vuelos en el norte de Iraq, pidió en varias oportunidades a Washington que evite una acción militar.
Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguei Ivanov, dijo el jueves que los inspectores de la ONU podrán “determinar con facilidad” si Iraq está fabricando armas de destrucción masiva.
Frente a la poca credibilidad que Estados Unidos otorga al régimen de Bagdad, agregó: “No es una cuestión de confianza o desconfianza. Es una cuestión de hechos”.
Ivanov realizó las declaraciones antes de celebrar una reunión en el Pentágono con el secretario de Estado de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld.
“Teniendo experiencia en este tipo de hechos — tanto Estados Unidos como Rusia — creo, podemos establecer de forma fácil si existen o no armas de destrucción masiva, tecnología y algún tipo de programas, algo que no debería estar haciéndose en Iraq”, añadió.