Reuters
Washington, EU.- El presidente estadounidense, George W. Bush, intentó ayer persuadir a Rusia de que adopte una posición más dura hacia Iraq, pero el mandatario ruso, Vladimir Putin, dijo que su meta es el rápido despliegue de los inspectores de armas de la ONU.
Bush llamó por teléfono a Putin, quien estaba de vacaciones en un balneario del Mar Negro, y luego se reunió en la Oficina Oval de la Casa Blanca con el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Igor Ivanov, y el ministro de Defensa, Sergei Ivanov.
Sin embargo, Putin no dio señales públicas de ceder ante la presión estadounidense sobre la necesidad de una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU requiriendo que Iraq se desarme o enfrente la posibilidad de una guerra.
Putin le insistió a Bush en que su prioridad sigue siendo el regreso de un equipo de inspectores de la ONU a Iraq para buscar armas nucleares, biológicas y químicas, dijo el Kremlin en un comunicado.
“Putin enfatizó que en la situación actual es vital concentrarse en el despliegue más rápido posible de misiones de inspección y supervisión de la ONU”, dijo el Kremlin.
El comunicado del Kremlin agregó que Bush y Putin acordaron trabajar juntos en resolver el tema de Iraq y reunirse el próximo mes en una cumbre de estados asiáticos en México. Rusia mantiene estrechas relaciones con Iraq y el sector petrolero.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que Bush les habló a Putin y a los dos ministros rusos “de manera clara, directa y franca sobre los riesgos que enfrenta Rusia y que enfrenta el resto del mundo” por la “incansable búsqueda de armas de exterminio masivo” del presidente iraquí, Saddam Hussein.
La oferta de Iraq esta semana bajo presión internacional de readmitir a los inspectores de armas de la ONU por primera vez desde 1998 dividió al Consejo de Seguridad y restó fuerza a la campaña de Bush por un nuevo mandato para inspecciones irrestrictas respaldado por la fuerza.
‘Una respuesta clara’
El ministro ruso de Relaciones Exteriores dijo a los periodistas después de la reunión con Bush que tanto Rusia como Estados Unidos quieren que Iraq cumpla plenamente con todas las resoluciones existentes de la ONU.
“Rusia y Estados Unidos están firmemente interesados en hacer que el trabajo de los inspectores en Iraq sea eficaz y garantizar que este trabajo dé una respuesta clara sobre si hay armas de exterminio masivo en Iraq o no, y estamos de acuerdo en mantener el intercambio de opiniones sobre cómo hacer el trabajo de los inspectores más efectivo”, dijo Ivanov.
Rusia, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU con el mismo poder de veto que tienen Estados Unidos, China, Francia y Gran Bretaña, quiere dar una oportunidad a los inspectores y no cree que se necesite otra acción de parte de las Naciones Unidas.
El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, negó que exista una disputa con Rusia con respecto a Iraq. Bush ha advertido que si las Naciones Unidas no actúan, Estados Unidos irá solo con algunos aliados clave.
“Estamos sosteniendo conversaciones sobre cómo hacer que Iraq cumpla con las resoluciones de la ONU de los últimos 11 o 12 años. Vamos a tratar de seguir adelante juntos”, dijo Powell.
En las Naciones Unidas, Estados Unidos y Gran Bretaña aumentaron la presión sobre el Consejo de Seguridad para que adopte una nueva resolución antes de reanudar las inspecciones de armas de la ONU.
El jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, dijo que una avanzada de expertos sobre armas podría llegar a Iraq el 15 de octubre y que el trabajo podría comenzar dos meses más tarde.
Pero el diario Washington Times publicó el viernes que los estrategas militares estadounidenses estaban concentrados en otro cronograma.
En Washington, algunos demócratas se quejaron de que el lenguaje de un borrador de resolución que Bush dio a conocer el jueves solicitando autorización para el uso de la fuerza militar contra Iraq equivale a un cheque en blanco para aventuras militares en otros países.
“No puedo creer el descaro y la arrogancia de la Casa Blanca al solicitar semejante concesión de poderes tan amplia. Esta es la peor clase de política propia de un año electoral”, dijo el senador demócrata Robert Byrd, refiriéndose a los comicios legislativos del 5 de noviembre.