Caracas, Venezuela.- Millares de opositores al gobierno del presidente Hugo Chávez asistieron ayer a los funerales de las tres víctimas fatales de un ataque con armas de fuego, perpetrado el pasado viernes por desconocidos contra una manifestación política.
Una multitudinaria marcha, en la que participaron personas que vestían prendas de luto y portaban banderas venezolanas con listones negros, despidieron ayer a las dos mujeres y un hombre que murieron baleados la noche del viernes en la Plaza Altamira.
A solicitud del opositor gobernador del limítrofe estado Miranda, Enrique Mendoza, quien encabezó la "Caminata del Dolor", la gente recorrió unos tres kilómetros en silencio, sin vocear consignas de ningún tipo.
Habitantes de varias urbanizaciones que la marcha atravesó en su recorrido salieron a las calles para despedir a las víctimas con aplausos y con el ondear de banderas al paso del cortejo.
La marcha, encabezada por un numeroso grupo de motociclistas y acompañada por una larga fila de ambulancias, llegó hasta las inmediaciones del cementerio, al que sólo entraron familiares y amistades de los fallecidos.
Miles de opositores al gobierno de Chávez realizaron la víspera una marcha "en silencio" para honrar a las víctimas del ataque a la Plaza de Altamira, donde permanece desde el 22 de octubre pasado un grupo de militares disidentes "en desobediencia".
El funeral se realizó en el séptimo día de un paro cívico nacional convocado por la Coordinadora Democrática, la cúpula empresarial Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), para exigir una salida electoral a la crisis local.
Los organizadores de la huelga nacional demandan al gobierno del presidente Chávez la inmediata convocatoria a un referendo consultivo, a fin de que la ciudadanía se pronuncie sobre su permanencia en el poder.