Como sucede con la mayoría de los deportes, no existen datos históricos concluyentes acerca del origen del tenis. Se sabe que el ser humano empezó a practicar deportes organizados hacia el año 2000 antes de Cristo y nada descarta la posibilidad de que ya en esa época existiera alguna rudimentaria versión de lo que hoy llamamos tenis, pero aún así no se ha logrado reunir evidencias que lo demuestren en forma terminante. Sea como sea, el tenis se incluye entre los deportes más antiguos y se afirma que en tiempos remotos era uno de los que preferían los reyes y los miembros de la nobleza.
En su modalidad actual, producto de un largo proceso de adaptaciones y reformas, proviene, al parecer, de un juego que hacia 1873 promovió en Londres, Inglaterra, el Mayor Walter C. Wingfield. El Mayor denominó “sphairistike” a ese deporte, y en 1877 lo patentó con el nombre de “lawn tennis (tenis sobre césped)”. No obstante, la expresión “tenis de campo” ya había aparecido en la revista Británica de nombre Sporting Magazine, el 29 de septiembre de 1793, es decir, ochenta años antes de que Walter Wingfield introdujera su “sphairistike” y ochenta y cuatro antes de que este mismo personaje lo patentara como “lawn tennis”.
Se sabe también que tanto el “sphairistike” como el “lawn tennis” sustituyeron en Inglaterra a otro juego similar llamado “le poume”, de presumible origen francés. El “le poume” ya se conocía ampliamente en Francia hacia el año 1245 y por lo tanto se practicaba en las Islas Británicas desde 1600, por lo que es lícito suponer que el Mayor Walter Wingfield pudo tenerlo como fuente de inspiración.
Este antecedente es el que permite a los franceses reivindicar la paternidad del tenis. Curiosamente, los propios ingleses reconocen que el vocablo tenis procede de la voz francesa “tenez” y eso consolida las pretensiones de sus vecinos. No obstante, los expertos coinciden en afirmar que “tenis” deriva del verbo latino “teneo”.
Por otro lado, son muchos los investigadores que sostienen que los reales inicios de este bello deporte rebasan en antigüedad a los orígenes probados del “le poume”, el “sphairistike” y el “lawn tennis”. Aseguran, en efecto, que una modalidad del tenis actual ya era conocida por los egipcios y los persas, quienes la habrían heredado de culturas anteriores. De ser así, los aún inciertos orígenes del tenis se remontarían, quizás, a la era en que el ser humano inauguró la práctica formal de los deportes. Tal como sostienen algunos historiadores, de algún modo, en alguna parte de la Tierra, dos hombres (o dos mujeres o un hombre y una mujer) hace miles y miles de años, descubrieron que podían entretenerse lanzándose un objeto esférico a través de una línea marcada sobre la tierra y usando trozos de madera para impulsar el objeto, que bien podía ser un apretado puño de hierba o una bola de lodo reseco. Luego, alguien ideó reglas simples para ese juego e introdujo una pelota de piel rellena de pasto. Posteriormente, las reglas se perfeccionaron y la raya marcada en el suelo fue sustituida por algo parecido a una red, y los trozos de madera, suplidos por las versiones primitivas de lo que ahora denominamos raquetas. De allí en adelante se fue avanzando hasta llegar al tenis actual, uno de los deportes más atractivos y placenteros de cuantos pudo haber imaginado la mente humana.
Curiosidades del deporte blanco
Sabían ustedes que el primer club de tenis fue Leamington, fundado en 1872 por el Mayor Harry Gem, en Londres, Inglaterra.