Ciudad del Vaticano.- Ante los aplausos y vivas de una de las multitudes más numerosas que hayan salido a la Plaza de San Pedro, el papa Juan Pablo II canonizó ayer a Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei.
La elevación a la santidad de Escrivá, quien fundó el grupo en 1928, ocurre a sólo 27 años de su fallecimiento, muy poco tiempo para los parámetros de la Iglesia Católica en el proceso hacia la santidad, que en ocasiones puede tomar décadas o incluso siglos.
La multitud rebasó la capacidad de la Plaza de San Pedro. Muchos vinieron desde la tierra natal del nuevo santo y de América Latina, donde el Opus Dei ha tomado fuerza.
Los fervientes seguidores de Escrivá eran tan numerosos que la policía calculó que fueron por lo menos 300,000, y ocupaban varias manzanas desde la amplia plaza hasta el río Tíber y calles aledañas.
El proceso fue muy cuestionado.