EFE
BUENOS AIRES, ARGENTINA.- El cantautor Charly García, considerado uno de los mejores exponentes del rock argentino, hizo delirar a sus seguidores, que colmaron un teatro del centro de Buenos Aires para participar en un recital de dos horas y media.
El músico de bigote de dos colores inició el viernes por la noche una serie de cuatro espectáculos para presentar Adiós Charly García, su último trabajo discográfico y que, pese al título, no anuncia su despedida del rock.
Charly bromeó sobre su voz, cada día más ronca, producto de los innumerables cigarrillos que consume a diario, al decir que la crítica especializada va a comentar que está cantando "muy mal". "Como si alguna vez lo hubiera hecho bien", añadió.
También se refirió con ironía a los juicios que tuvo que afrontar, acusado de causar desórdenes y agredir a personas durante sus espectáculos, cuando agradeció a Buenos Aires por ser "la única ciudad" donde no tuvo que pisar un juzgado.
Además de los nuevos temas que incluye Adiós Charly García, tuvo que rendirse ante los pedidos del público para interpretar varios de sus clásicos, como Cerca de la Revolución, Funky, Los Dinosaurios y Demoliendo Hoteles.
El concierto del viernes no fue el mejor recital de García, pero su creatividad y talento en el teclado, sumados a una muy buena labor del grupo que lo secunda, sobraron para demostrar que es un rockero que tiene cuerda para rato.
Fito Páez, su amigo y otro de los principales exponentes del rock argentino, fue la figura invitada del recital y con quien Charly García interpretó a dúo Canción de Alicia en el País y Ciudad de Pobres Corazones.
El rockero estuvo muy bien acompañado por las guitarras de María Gabriela Epumer, quien lo secunda desde hace casi una década, y de Kiuge Hayashida; Carlos González Vázquez en bajo y Antonio Silva Peña en batería.