AGENCIAS
ROSARIO, ARGENTINA.- César Luis Menotti quizá esperaba pasar su cumpleaños 64 en una cancha de futbol, al frente del equipo de sus amores, Rosario Central, sin embargo la directiva del conjunto rosarino decidió despedirlo después de cumplir 15 fechas y estar el undécimo lugar de la general.
?El Flaco? nació en Fisherton, Rosario, Argentina, el 5 de noviembre de 1938. Jugó en Rosario Central y debutó el 30 de julio de 1960 frente a Boca Juniors, jugaron en San Lorenzo y los rosarinos ganaron 3-1, César Luis metió el tercer gol al minuto 44 del segundo tiempo, como dicen los clásicos, cerró la cuenta.
En Rosario Central jugó hasta 1963 y pasó al Racing Club por 16 millones de pesos en 1964. Al año siguiente llegó a Boca Juniors, club en el que estuvo hasta 1966. Luego jugó con The Generals en los Estados Unidos, Santos y Juventud de Brasil. En 1967, regresó a Rosario Central.
Fue convocado a integrar la selección argentina en el sudamericano de 1963.
Se inició como técnico en Central Córdoba de Rosario en 1969. Luego fue ayudante de campo de Miguel Ángel Juárez, en Newell?s Old Boys y dirigió al primer equipo en dos encuentros en el Metropolitano de 1971, salió con una victoria, un triunfo con tres goles a favor y tres en contra.
En 1971 llegó a Huracán para reemplazar a Osvaldo Zubeldía. Condujo al equipo de Parque de Patricios hasta 1974. Finalizó campeón en el Metropolitano de 1973 y fue subcampeón del mismo torneo un año antes. Dirigió 171 partidos, obtuvo 76 triunfos, 50 empates y 45 derrotas, le anotaron 233 goles por 309 conseguidos. Números que le valieron para hacerse cargo de la selección argentina después del Mundial de 1974.
Para muchos, fue el parte aguas del balompié argentino, para otros, la dictadura de Raúl Alfonsín y jugar en casa, fueron factores fundamentales que permitieron la coronación del equipo anfitrión.
Pero el hecho es que, por fin, Argentina se instalaba en la elite del futbol y el estratega, César Luis Menotti adquirió, como él suele llamar, ?protagonismo?, y un año después conquistó un segundo título mundial con la selección Sub-21 en el campeonato de la categoría celebrado en Japón en 1979.
Los bonos de Menotti ascendieron y pese a que Italia y Brasil humillaron a Argentina en la Copa del Mundo de España?82, César Luis ya tenía un lugar en la historia con los títulos obtenidos y su filosofía futbolística que renovó, en algo, el espíritu de un balompié moderno, de arriesgue y de obtener el triunfo con juego ofensivo.
El Barcelona contrató al técnico para sustituir al alemán Udo Lattek en la recta final de la liga española 1982-83 concluyendo en cuarto lugar, pero conquistó las dos Copas en disputa, la tradicional llamada del ?Rey?, derrotando al Real Madrid, y la nueva denominada ?Copa de la Liga? sobre el Athletic de Bilbao. En su segunda campaña 1983-84 las cosas no cambiaron mucho. Se ubicó tercero en la liga detrás de los ?merengues? y los ?leones de San Mamés? concluyendo sin renovación su contrato.
Su primer gran desafió había llegado y aunque no fracasó de manera rotunda, estuvo lejos de las expectativas azulgranas.
Después de dos años de inactividad, Menotti, como otros millones de compatriotas, vieron cómo la selección dirigida por su sucesor, Carlos Salvador Bilardo, conquistaban en cancha neutral, la segunda Copa del Mundo para Argentina en el mundial celebrado en México. Ahí inició una polémica eterna hasta nuestros días entre los dos entrenadores, cada uno defendiendo su filosofía futbolística que en nada se parecen, pero los dos lograron el objetivo.
Con esa idea del juego ofensivo y su ?respeto por el balón?, César Luis empezó a pasear por varios rincones del planeta con la convicción de mantenerse ganador ofreciendo espectáculo, dos objetivos difíciles de cumplir y que ni él mismo ha podido certificar desde entonces.
Como técnico campeón del mundo, los tradicionales Boca Juniors y River Plate apostaron por Menotti sin resultados. Atlético de Madrid cifró en César la esperanza de renovación, hasta el Peñarol suspiró cuando llegó y con la selección mexicana inició un proceso inconcluso. Independiente apostó por él en dos ocasiones y nunca conquistó un trofeo. Su última experiencia en el viejo continente fue para olvidar en la Sampdoria.
La afición mexicana no olvida que hubo cierta transformación en la Selección Mexicana cuando la dirigió, otros, desconocen su contribución en el cambio de mentalidad, una polémica eterna entre el público y la misma prensa de México, de un personaje del balompié mundial, un técnico que tuvo éxito, pero hace bastante tiempo y de cuya escuela han llegado a nuestro país varios egresados; Roberto Saporitti, Luis Manuel Blanco, Cayetano Rodríguez, Carlos Babington y Ángel Cappa, pero ninguno de ellos ha podido ganar un título en la competitiva liga mexicana que muchos en el cono sur miran con desprecio y ahí están las estadísticas y resultados que hablan por sí solos.
El 18 de septiembre de 1991 debutó como técnico de la selección pre-olímpica de México venciendo a Surinam por 6-0 y al frente de la Mayor hizo su presentación el 20 de noviembre de 1991 empatando 1-1 con Uruguay. Se desvinculó de la selección mexicana el 16 de noviembre de 1992.
En 1999 nuevamente dirigió a Independiente después de aquel paso por el Sampdoria de Italia y dirigió todo el torneo quedando en segundo lugar con 11 ganados, tres empates y cinco derrotas y 36 unidades por 42 de Boca Juniors que dirigía Carlos Bianchi.
César Luis Menotti sale con un saldo de cinco ganados, cuatro empates y cinco derrotas para un total de 19 unidades en el lugar once.
César es un filósofo del futbol y su sapiencia recorre los campos, los espacios en las revistas, los libros como aquel que describe al momento en que ganaron la Copa del Mundo. Polémico, con detractores, pero siempre coherente con sus convicciones que finalmente ha sido lo que le ha permitido compartir la pelota alrededor del mundo.