Reuters
CARACAS, Venezuela.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo ayer que el "paro golpista" convocado por sus opositores para presionar su salida será derrotado.
Asimismo, descartó que renunciará si fuera derrocado en un eventual referendo consultivo inmediato sobre su gestión, ni siquiera si fuera avalado por otros poderes públicos.
El teniente coronel retirado, quien hace casi ocho meses sobrevivió a un alzamiento militar, desestimó la huelga del 2 de diciembre convocada por partidos políticos de la oposición, empresarios y sindicatos que claman su dimisión y tratan de hacer una pronta consulta popular y elecciones anticipadas.
El mandatario denunció que quienes están llamando al paro, que aún no han anunciado su duración, buscan desestabilizar al país y generar el caos, además de reeditar los sucesos de abril, cuando en el tercer día de una huelga diversos hechos de violencia derivaron en su derrocamiento por 48 horas.
Su defenestración por parte de un grupo de altos militares y su regreso al poder de la mano de tropas leales y sus seguidores, estuvieron rodeados por actos de violencia callejera que dejaron al menos 60 muertos y decenas de heridos, además de cientos de comercios saqueados.
"El paro convocado para el 2 de diciembre tiene una carta bajo la manga, tiene un puñal ahí agarrado en la espalda para tratar de apuñalear de nuevo a la Constitución Bolivariana y al pueblo venezolano", dijo el teniente coronel retirado en su programa dominical de radio y televisión Aló, Presidente!.
"No lo vamos a permitir. En el terreno que sea estamos dispuestos a combatirlo y en el terreno que sea los vamos a derrotar", agregó Chávez quien ha polarizado radicalmente al país desde que asumió la presidencia en febrero de 1999, tras ganar en una elecciones por abrumadora mayoría.
¿Desafiando a otros poderes públicos?
Chávez pidió a la "enloquecida oposición" que reflexione y desista del llamado a la huelga, con la que, dijo, buscan crear caos y violencia en el país, donde las diferencias entre "chavistas" y "antichavistas" se han profundizado.
Sus adversarios lo culpan de haber dividido a la nación, quinta exportadora mundial de petróleo, entre ricos y pobres; de querer instaurar un régimen comunista similar al cubano y de haber arrastrado a la economía a un abismo, con fuerte recesión, alto desempleo e inflación.
A pesar de que representantes del oficialismo y de la oposición negocian hasta ahora con poco éxito una salida electoral a la crisis en una mesa de diálogo ?auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA)?, Chávez volvió a descartar de plano la posibilidad de dejar el cargo por un referendo consultivo por considerarlo "inconstitucional".
"Un referendo consultivo? para sacar a Chávez no es posible.
No pierdan el tiempo. Yo no me voy a ir con un referendo consultivo", enfatizó sobre la salida con la que ya sus opositores han consignado más de dos millones de firmas ante el Consejo Nacional Electoral, del que esperan una respuesta sobre la eventual consulta hasta el 4 de diciembre.
"La única forma en la cual yo pudiera irme del gobierno antes del 2006 es a través de un referendo revocatorio" reiteró. Esta salida debe esperar al menos hasta agosto del 2003, cumplida la primera mitad de su período.
En lo que pareció un desafío a otros poderes públicos, el mandatario afirmó que ni en el supuesto de que otras instituciones dieran como válida la pregunta del referendo consultivo que pide su renuncia, él no lo hará.
"Ni en el supuesto de que el Consejo Nacional Electoral declare o tome la decisión que la pregunta es válida (...) Ni en el supuesto que el Tribunal Supremo de Justicia también diga que la pregunta es válida (...) Ni en el supuesto que hagan este referéndum y saquen 90 por ciento de los votos, yo no voy a renunciar, olvídense", enfatizó.