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Santiago, Chile.- Los chilenos comenzaron a ultimar los preparativos para celebrar esta semana el 192 aniversario de la Independencia, “hasta que las velas no ardan”, como manda la tradición, y hasta cuando el bolsillo y el cuerpo aguanten.
La celebración tiene su punto álgido el 18 de septiembre, cuando se conmemora la instalación en 1810 de la primera Junta Nacional de Gobierno, hito histórico que marca el inicio del movimiento de emancipación del yugo español.
La verdadera fecha de la proclamación de la Independencia de Chile, sin embargo, fue el 12 de febrero de 1818, cuando el prócer nacional Bernardo O’Higgins firmó el acta donde se expresa “la resolución de separarse para siempre de la Monarquía Española”.
Pero también existen antecedentes de otras declaraciones independentistas, como la realizada en la sureña ciudad de Concepción en enero de 1812, donde se estableció que “la autoridad suprema reside en el pueblo chileno”.
Pero más allá del hecho histórico, las circunstancias del tiempo y de la política de los albores de Chile establecieron la oportunidad de los festejos para septiembre, en recuerdo de la Junta de Gobierno y su presidente, Mateo de Toro y Zambrano.
Las Fiestas Patrias tienen sus correspondientes solemnidades: el miércoles se realizará el Te Deum (Acción de Gracias), oficiado por el arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, con la presencia de las autoridades políticas y militares del país.
El presidente Ricardo Lagos se trasladará, como ya es tradición, desde el palacio de gobierno a la Catedral de Santiago en un vehículo descubierto, trayecto en el cual recibe honores de unidades militares apostadas a lo largo de seis cuadras del centro de la capital.
En la tarde del próximo miércoles, el mandatario, ministros y otras autoridades concurrirán al Teatro Municipal, donde se realizará una función de gala, oportunidad en que se pondrá en escena la ópera “Madame Butherfly”, de Giacomo Puccini.
Al día siguiente se realizará la también tradicional Parada Militar, que por razones de sobriedad en el gasto este año tendrá una duración de una hora 45 minutos y la participación de cinco mil efectivos, con batallones representando unidades históricas.
Pero más allá de los actos oficiales, los chilenos comenzarán a disfrutar de lo que constituye el principal atractivo popular de la celebración patria, las “fondas” o “ramadas”, donde la reina de la mesa es la empanada, el asado, la chicha y el vino.
La fiesta se inaugurará de forma oficial la noche del martes, con la apertura de la fonda “La Grandiosa Bertita” en el capitalino Parque O’Higgins, acto que será encabezado por el presidente Lagos y el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín.
La tradición manda que una de las autoridades baile el primer pie de cueca y haga el primer “salud” con chicha de uva, para dar curso a la fiesta “dieciochera hasta que las velas no ardan” y beber “hasta verte Cristo mío” (en el fondo de la copa vacía).
Sólo después de este ritual comienza la celebración y pueden darle curso al jolgorio las otras fondas del Parque O’Higgins, como “Iorana” y “Donde Zacarías”, así como las instaladas también en varios lugares de Santiago.
La oferta es extensa e incluye a cada restaurante o comercio, que luce sus galas tricolores y una oferta de asados, cazuelas, empanadas, vino tinto y blanco, chichas, chancho y otros condumios.
En lo que respecta a la música, la oferta es ecléctica, ya que junto a la cueca y el folclore se imponen ritmos más tropicales, como la cumbia, la salsa y hasta el ritmo brasileño “axe”, que ha invadido el país con su cadencia erótica y gimnástica.
El programa “dieciochero” contempla también rodeos y juegos criollos como el trompo, la rayuela, el palo ensebado, la carrera de ensacados, tirar la cuerda, carreras de caballos y de perros, domaduras, topeo y manejo de rienda.