SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- Los XIX Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe concluyeron ayer con una colorida ceremonia, cediendo el escenario a la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, sede de la justa en el 2006.
En medio de ovaciones de más de 20,000 aficionados, un grueso de deportistas vistiendo coloridos uniformes ingresaron al estadio Flor Blanca de la capital salvadoreña, que albergó la justa por segunda ocasión en 76 años de historia de los Juegos. La primera ocasión fue en 1936.
"Le hemos demostrado al mundo que Centroamérica y el Caribe es una tierra mágica donde prevalece la hermandad, el entusiasmo y la esperanza para nuestros pueblos", dijo el presidente salvadoreño Francisco Flores en su discurso de clausura.
Flores recordó además al remero venezolano Alexis Cova, de 21 años, quien desapareció el pasado 20 de noviembre cuando practicaba en un lago del oeste del país.
"Los valores humanos que en estos Juegos han aflorado, se resumen en la muy ejemplar actitud de la delegación venezolana, muy a pesar de la desaparición de Alexis Cova, a quien todavía seguimos buscando", dijo Flores.
El momento cumbre de la noche fue cuando el pebetero olímpico se extinguió tras 15 días de competencias y el tradicional traspaso de la bandera a las autoridades de Cartagena de Indias, sede de la próxima justa en el 2006.
La ceremonia a la que asistió el presidente de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE), Joaquín Puello, cerró con bailes típicos, la participación de la cantante dominicana Ángela Carrasco y fuegos artificiales.
México se consagró como máxima potencia deportiva de la región, dejando el segundo lugar para Venezuela.
Los aztecas aprovecharon la ausencia de Cuba, ganador de las últimas justas, que desistió su participación aduciendo falta de seguridad para sus atletas.
México contabilizó al final de la última jornada 351 medallas en total, 138 de oro, 111 de plata y 102 de bronce.
Los venezolanos sumaron 277 medallas, 103 de oro, 94 de plata y 80 de bronce.
Según las autoridades deportivas salvadoreñas, la organización y construcción de escenarios deportivos para la XIX edición de los Juegos, costó alrededor de 65 millones de dólares.