Reuters
BOGOTÁ, COLOMBIA.- Cinco personas, entre ellas dos policías, murieron ayer tras la explosión de un coche bomba cerca de un destacamento policial en una ciudad del nordeste de Colombia, en un ataque atribuido a la guerrilla izquierdista, informaron las autoridades.
El automóvil, cargado con unos 40 kilos de explosivos, estalló hacia las 06.30 local (1130 GMT) frente a un cuartel de la policía de la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, 400 kilómetros al nordeste de Bogotá y capital del departamento de Norte de Santander.
“Una célula subversiva hostigó la estación, luego la célula huyó y los policías salieron en la persecución de los bandidos.
Posteriormente colocaron el carro bomba”, dijo el coronel Edgar Orlando Vale, comandante de la Policía en Norte de Santander.
“Como consecuencia fallecieron dos policías y tres civiles”, precisó el oficial quien dijo que otras siete personas resultaron heridas y varias casas fueron destruidas por la onda explosiva.
El oficial atribuyó el ataque explosivo, el cuarto que se registra en Cúcuta en el último mes, al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda fuerza rebelde colombiana, con 5,000 combatientes, que frecuentemente ataca la infraestructura energética y petrolera del país.
Se trata de la más reciente de una serie de explosiones provocadas por la guerrilla, que ha incrementado sus acciones en las últimas semanas en varias ciudades del país de más de 40 millones de habitantes.
Amenazas contra edificios
El lunes pasado, una persona murió y otras cinco quedaron heridas por la explosión de una bomba en un centro de llamadas telefónicas en la suroccidental ciudad de Neiva.
Asimismo, el viernes anterior resultaron heridas al menos 30 personas por el estallido de un maletín con explosivos en un exclusivo restaurante de Bogotá, al tiempo que un prominente senador resultó herido por la explosión de un “libro bomba”.
En esa ocasión los atentados fueron atribuidos a la mayor guerrilla del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), conformada por 17,000 combatientes.
El ELN ha mantenido algunos contactos en Cuba con el gobierno del presidente colombiano, Álvaro Uribe, en busca de un cese de hostilidades para poner fin a una guerra interna de casi cuatro décadas que deja al menos 3,500 muertos cada año.
El jueves fueron cerradas provisionalmente la embajada de Gran Bretaña y el consulado de Estados Unidos en Colombia, después de recibir amenazas contra los edificios de ambas misiones diplomáticas.
Ninguno de los gobiernos extranjeros precisó el tipo de amenazas que recibió contra sus representaciones diplomáticas ni de qué organización provinieron.
El ELN, las FARC y sus enemigos, los paramilitares de ultraderecha, son considerados grupos terroristas por el gobierno de Estados Unidos, que apoya a Colombia con unos 1,500 millones de dólares en un plan para combatir a los grupos armados ilegales y el narcotráfico que alimenta el conflicto en este país andino.
Por otra parte, cinco empleados de la alcaldía del municipio de Tame, en el nororiental departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, fueron asesinados a balazos el jueves en la noche por un grupo armado en momentos en que se encontraban en un bar de esa población.
Ninguna organización se atribuyó de inmediato el ataque, que se registró en una conflictiva zona ganadera y petrolera cuyo control se disputan rebeldes y paramilitares.